Sobre perfiles y programación en la radio de Cuba (II parte)

En el Proyecto de Ajuste de la Programación de la Radio Cubana (2007) citado en el anterior trabajo, quedaba regulado para:

Emisoras Provinciales: No menos del 20 % de Información. Perfil Variado

Emisoras Municipales: No menos del 15 % de información. Perfil Variado

En una primera lectura se desprende la idea de que, al escuchar los diseños en todo el país, no se perciban diferencias entre sí porque todas poseen el mismo perfil. Y es lógico pensarlo, pero la diversidad está y no podemos obviar que diferentes también deben ser esas programaciones.

Perfil variado implica la existencia de un equilibrio entre los grupos, los formatos que los conforman, las funciones que se pretenden alcanzar en cada emisión. Pero variedad debe existir, además, en los temas que se abordan y los destinatarios, con sus respectivas especificidades, hacia quienes se direcciona el mensaje. No puede sobresalir un grupo sobre otro porque se perdería el necesario equilibrio, no solo en la tira, sino en todo el diseño que identifica a la emisora. Lo anterior es válido también para cada categoría trabajada.

Este razonamiento debe prevalecer a la hora de realizar cambios en esos diseños, ya sea en la etapa veraniega o al sustituir un proyecto por otro. Sin embargo, durante años el desbalance ha predominado de manera generalizada en el país. Si analizamos los datos del 2019 (seleccionado este año por ser el último con programación habitual) se aprecia que el grupo de los Musicales predomina en las emisoras provinciales (437), seguido de los Variados (377), Informativos (250) y Escenificados (149); mientras que los Variados (939), Musicales (738), Informativos (527) y Escenificados (194) estuvo prevaleciendo en las emisoras municipales.

En la comparación anterior, aplicada a la categoría Grupo, se aprecia un comportamiento dispar en cada tipo de entidad (provincial – municipal); no solo desde la presencia preponderante de unos sobre otros, sino por las marcadas diferencias numéricas existentes dentro de las propias emisoras.

Al revelarse una superioridad notable entre Musicales y Variados, respecto a Informativos y Escenificados, es cuando se constata la desestimación de las herramientas que nos permiten evaluar qué necesitan nuestros públicos o hacia dónde debemos encauzarlos. Cuando es abrumadoramente superior un grupo de espacios y/o temas sobre otros, cabe pensar que los nuevos proyectos que se insertan en una programación se limitan, quizás, a la solicitud por parte de la entidad a un artista específico o al interés del creador por realizar un programa afín a sus intereses. ¿Se piensa en el perfil que caracteriza a la emisora antes de aprobar tales propuestas? ¿Nos remitimos a alguna investigación que aporte coordenadas sobre lo que necesitan esos oyentes?

La variedad implica proporción y me permito aclarar que esa no se traduce exactamente en 2+2. El balance no se aprecia cuando las diferencias entre un grupo o formatos sobrepasan, en cientos, a otros dentro de una provincia, incluso emisora. Tras una rápida observación se comprobó, en el año referido, que en la totalidad de las regiones los espacios variados y musicales ocuparon más del 70% de la programación respecto a Informativos y Escenificados, lo que evidentemente inclinó la balanza de un solo lado.

Es menester entender que otros grupos y formas requieren de una mayor presencia y desarrollo dentro de los diseños aprobados. ¿Por qué no ocurre así? ¿Por qué se advierte una oposición al incremento de los Informativos, por ejemplo, más allá de que una directriz superior lo indique? Indiscutiblemente coexiste en nuestro sistema la falta de previsión, disposición y desatención a nuestros perfiles, a nuestras carencias, a las necesidades que como entidades de la comunicación debemos cubrir.

El principio de todo radica en el conocimiento del perfil, el superobjetivo y el estudio de entorno. Cualquier diseño de programación tiene, obligatoriamente, que responder a esa tríada. De la definición de perfil se desprende la estructura que identificará a nuestras propuestas, la manera en que serán trabajados los contenidos, la prioridad sobre uno u otro tema, el estilo de conducción, las intencionalidades a públicos diversos y representativos de la localidad o territorio, la sonoridad escogida y cuanto elemento nos distinga y diferencie de otras plantas que actúan y enriquecen el espectro radiofónico en el cual incidimos.

Esa oportunidad de ser incomparables dentro de un sistema no puede ser obviada. De lo contrario, seríamos un canal indefinido más en el éter sonoro.

Recomiendo leer. Sobre perfiles y programación en la radio de Cuba (I)

Autor: Mileidys Martínez Parra

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