¡Locutores!

Cuba celebra el Día del Locutor

La Radio y la Televisión están de fiesta en diciembre. El primer día de este mes lo dedicamos a nuestros profesionales de la palabra: las y los locutores.

Acompañan a la Radiodifusión desde su primer día y cuando apareció la Radio, sus voces fueron lo primero. A más de un siglo del acontecimiento, continúan siendo la portada, el rostro y la apariencia de cada medio de difusión. Al pensar en una radioemisora, nos sugiere una imagen que se teje a través de las voces que la realizan.

No existe duda de que la Radio es, en primer lugar, las voces que la hacen realidad. Son muchos quienes de alguna manera construimos los espacios sean musicales, de variedades, noticias y todo tipo de información. Un colectivo de realizadores emprende su tarea para que cada minuto de Radio sea posible, pero el resultado final se percibe, valora y juzga gracias a quienes lo convierten en ese sonido que llamamos palabra articulada.

Dentro de los medios de difusión, fueron las y los locutores quienes primero tuvieron su día a celebrar. Es lo justo; cuando no había directores de radio ni grabadores, editores, musicalizadores, redactores, asesores y hasta fonotecarios, ya existían los locutores. Si alguien osara prescindir de estos profesionales, todos los otros no podrían existir.

En los primeros años de la Radio, eran los locutores quienes escribían las escaletas y la producción de los programas; recibían las llamadas telefónicas, operaban los controles maestros y accionaban los tocadiscos y las primeras reproductoras de cinta magnética. Luego se diversificó el quehacer y cada uno se especializó en cada tarea; gracias a eso, la Radio adquirió mayor complejidad y perfeccionó sus niveles de realización.

En el caso de la Televisión, sus locutoras y locutores poseen una doble función: la de su voz y el aspecto personal. En el audiovisual armonizan imagen y sonido (timbre, tono, dicción, gracia), y en esa conjunción los profesionales de la voz se enfrentan a un doble reto.

Una cosa es “hablar ante un micrófono” y otra muy distinta ser “locutor”. Para lo segundo hace falta cualidad natural, talento, espontaneidad, dominio técnico y una preparación cultural que es meta a conquistar durante toda la vida. Ello da motivos para pensar cuánta consagración exige convertirse en profesionales de la palabra.

El Día del Locutor quedó instituido hace 68 años. En un Congreso Internacional de Locutores que tuvo como sede a México, varios profesionales cubanos hicieron la propuesta, y fue aceptada. Entre nuestros coterráneos figuraba el maestro Héctor de Soto, uno de esos grandes de la locución radial y televisiva, además unido a un momento crucial de nuestra historia.

Cada primero de diciembre es razón para que, desde el más temprano amanecer, felicitemos con respeto, admiración y cariño a quienes un día tras otro entregan buena parte de su jornada a ser las voces que dan imagen a la Radio, que en el caso de la Televisión, devienen amigas y amigos que nos hacen partícipes de todo cuanto forma parte de la actualidad.

El regocijo de la fecha también nos hace recordar a quienes  ya no están. Unos desde la jubilación merecidas luego de muchos años de entrega; otros que ya partieron al viaje definitivo. Ellas y ellos son los predecesores de años, épocas y etapas que no por haber pasado dejan de ser encomiables. Esos profesionales de la palabra merecen recuerdo y gratitud; comprometen a las actuales y futuras generaciones en el compromiso de que la locución es misión de servicio social, al tiempo que vocación, pasión y sentido de pertenencia.

Autor

  • Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz

    Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz (Cienfuegos, 1951). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Periodista, escritor y director de programas de Radio. Autor de varios libros en México y en Cuba, entre ellos, "La Radio, utopía de lo posible". Colaborador del Portal de la Radio Cubana desde su salida al aire. Escribe además para espacios de Radio Progreso, Radio Ciudad del Mar y el periódico "5 de Septiembre".

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