Aunque la jornada de este jueves estará dedicada al desarrollo sostenible de las ciudades, regiones y comunidades, todas las miradas estarán puestas en las discusiones que mantienen los negociadores de la declaración final que se daría a conocer este viernes en la clausura del evento.

Los delegados de los casi 200 países participantes en la COP26 trabajan sobre un borrador dado a conocer la víspera por la presidencia, y que se limita a hacer llamados, sugerencias y expresar preocupaciones, sin adelantar algún compromiso de carácter vinculante.

El texto exhorta, por ejemplo, a los países desarrollados a cumplir el compromiso de aportar 100 mil millones de dólares anuales para que las naciones pobres puedan enfrentar el cambio climático, tras admitir que los fondos actuales son insuficientes.

También insta a cada una de las partes a revisar sus metas sobre reducción de emisiones de carbono para finales de 2022, las convoca a acelerar la eliminación del carbón como fuente de energía y los subsidios para los combustibles fósiles, y a implementar soluciones y enfoques sostenibles.

Reafirma también la meta trazada en París en 2015 de mantener la temperatura del planeta por debajo de los dos grados Celsius, pero “reconoce” que el impacto del cambio climático sería mucho menor de hacer que se mantenga en 1,5 grados.

Consciente al parecer de que la COP26, que es vista como la última oportunidad que tiene el mundo para tomar medidas serias respecto al calentamiento global, la neutralidad de carbono y el fondo climático, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, viajó la víspera desde Londres para pedir a los negociadores “un empujón final”.

Aunque admitió que las negociaciones están en su etapa más dura, el anfitrión del evento aseguró en una rueda de prensa que el pacto está al alcance de las manos.

El mundo nunca ha estado tan cerca del inicio del fin del antropogénico cambio climático como aquí en Glasgow, aseveró Johnson, en un intento por desterrar el escepticismo que rodea a la conferencia.

Hasta el momento, lo más trascendental de la COP26 fueron el compromiso hecho por un centenar de países de detener la deforestación para 2030, mismo año en que Estados Unidos y la Unión Europea dijeron que recortarán sus emisiones de metano, y más de 40 naciones anunciaron que darán pasos para dejar atrás el uso del carbón.

También hubo promesas de parte de algunos gobiernos y del sector privado de hacer mayores aportes al fondo climático, mientras que Beijing y Washington, los principales emisores de gases de efecto invernadero, sorprendieron con el anuncio de un acuerdo bilateral para reforzar la lucha contra el cambio climático en la próxima década.

Naciones Unidas respalda acuerdo climático entre China y Estados Unidos

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres elogió la declaración conjunta para trabajar en favor de contener el cambio climático suscrita por China y Estados Unidos en el marco de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP26). Guterres señaló que «aplaudo el acuerdo de hoy entre China y Estados Unidos para trabajar juntos a fin de tomar medidas climáticas más ambiciosas esta década.

Es un paso en la dirección adecuada». El titular de la ONU añadió que abordar y enfrentar los efectos del cambio climático y la crisis medioambiental requieren de posturas solidarias y de convergencia en la colaboración internacional. Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans, igualmente elogió el acuerdo y expresó en Twitter que “buenas noticias de que Estados Unidos y China han encontrado puntos en común sobre el clima.

Este es un desafío que trasciende la política”. Respecto al acuerdo, el enviado especial chino para el cambio climático Xie Zhenhua, expresó sobre la declaración conjunta rubricada que «ambos países reconocen que existe una brecha entre los esfuerzos actuales y los objetivos del Acuerdo de París, por lo tanto, fortaleceremos juntos nuestro trabajo y cooperación, teniendo en cuenta nuestras particularidades, para acelerar la transición a la energía verde y baja en carbón». A lo que agregó su nación proyecta confeccionar un plan nacional encaminado a reducir las emisiones de metano, y pretenden además potenciar investigaciones conjuntas con Washington en ese ámbito.

Mientras, su contraparte estadounidense, John Kerry remarcó que “las dos mayores economías del mundo han acordado trabajar juntas ante la urgencia y gravedad de la crisis climática. Una travesía de mil millas comienza con un solo paso. Todos los pasos cuentan ahora mismo, aunque tenemos un largo viaje ante nosotros”. El acuerdo compromete a ambas naciones a fomentar acciones conjuntas en materia de marcos regulatorios y estándares ambientales para 2030; establecer políticas que conduzcan a la descarbonización y la electrificación; además del despliegue de tecnologías de captura y almacenamiento de CO2.

 

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