
En las últimas semanas, hemos observado con preocupación la sucesión de manifestaciones violentas y actos vandálicos en la Región Administrativa Especial de Hong Kong, promovidos desde el exterior, que intentan afectar el orden político, económico y social, y generar inseguridad en la República Popular China.
El retorno de Hong Kong a la soberanía china en el año 1997 constituyó un acto de justicia histórica y una expresión del espíritu pacífico de la República Popular China, a pesar de haber sido víctima de la imposición de tratados desiguales por potencias imperialistas.