
La radio es imbatible: una vez lo dije y mil veces lo ratifico. Siempre en la primera línea en las circunstancias más difíciles, siempre fiel, siempre “con el caballo enjaezado y la espuela en el tacón”.
Una emisora de radio es una escuela, un centro cultural, un soldado, una pasión, un camino. Su centenar de emisoras han conformado en verdad una familia interconectada que se prueba una y otra vez. No hay medio que pueda recorrer, que pueda penetrar el país con tanta eficacia. Su red toca las grandes ciudades y los pequeños municipios, para luego poner esas historias, las nuestras, al alcance del mundo.