En la noche del 15 de diciembre de 1929, la fiebre por la aparición del novedoso medio de la radio en Cuba llevó al comerciante Domingo Fernández a inaugurar, desde su establecimiento de efectos eléctricos «El Progreso Cubano» en la calle Máximo Gómez, la emisora que identificó con el mismo nombre y que hoy, 96 años después, conocemos como Radio Progreso.
Con una modesta potencia inicial de 100 vatios y la atención de un solo ingeniero, sus primeras transmisiones llenaron los hogares con música española, mexicana y argentina, a través de discos y actuaciones en vivo de tríos y sextetos. Este humilde origen marcó el inicio de una travesía que la convertiría en un pilar de la radiodifusión cubana.
La emisora creció de forma vertiginosa. En la década de 1930 aumentó su potencia y contó con un estudio en la azotea para 50 personas, donde brillaron figuras como La Sonora Matancera y Barbarito Diez. Un momento decisivo llegó a principios de los años 40, cuando fue trasladada a los bajos del Centro Gallego.
Allí, a sus propietarios les pareció contradictorio mantener el nombre «El Progreso Cubano» transmitiendo desde un símbolo de la colonia española, por lo que decidieron acortarlo al que la identificaría para siempre: Radio Progreso, «La Onda de la Alegría». Este cambio coincidió con una programación más ambiciosa que incluía, además de música, populares radio-teatros y espacios como la exitosa «Discoteca Partagás», patrocinada por la famosa marca de cigarros.
El vínculo con el público se fortaleció tanto que los bloques nocturnos, transmitidos con bocinas hacia la calle, llegaban a interrumpir el tránsito por la multitud que se congregaba. Para satisfacer una audiencia en crecimiento, a finales de los años 40 se instaló un potente equipo de 50 kilovatios y una red de repetidores que le dieron alcance nacional. Este salto tecnológico culminó con la inauguración, el 28 de noviembre de 1953, de unos modernos estudios en Infanta 105 esquina a 25, su sede actual. Allí, el emblemático Estudio Uno, con capacidad para 300 personas, se convirtió en el escenario de oro para las grandes orquestas y artistas de la época.
Con el triunfo de la Revolución en 1959, Radio Progreso se destacó por transmitir en vivo las grandes concentraciones populares de aquellos años. Tras ser nacionalizada en julio de 1960, su programación se reajustó con un enfoque cultural más amplio. Así surgieron espacios como «Música Latinoamericana».
A lo largo de las décadas, Radio Progreso logró consolidar una oferta de 92 programas que mezclan información, música y dramatizados, con títulos ya legendarios como «Alegrías de Sobremesa», «Nocturno» y «La Discoteca Popular». Por sus micrófonos desfilaron pilares de la cultura cubana, desde la escritora Dora Alonso hasta el músico Benny Moré.
Hoy, al cumplir 96 años, mantiene su esencia como «la emisora de la familia cubana». Su legado es custodiado por generaciones de profesionales que han recibido distinciones como el Premio Nacional de la Radio y la Medalla Raúl Gómez García, en reconocimiento a su contribución al patrimonio cultural de la nación.
Radio Progreso se adapta a los nuevos tiempos, no solo transmite las 24 horas en todo el país, sino que también extiende su «onda de alegría» a través de una plataforma digital que permite sintonizarla desde cualquier parte del mundo, como garantía de que su historia, tan rica como la de Cuba misma, siga escribiéndose para las próximas generaciones.

