La irrepetible Raquel Revuelta

Raquel Revuelta fue una de las grandes actrices cubanas, figura del teatro, la radio, la televisión y el cine. Su trayectoria está marcada por la fuerza de su voz y la intensidad de sus personajes; cualidades a los que sumó su belleza personal.

Nacida en La Habana en noviembre de 1925, estuvo ligada desde la infancia al arte. Sus padres le transmitieron a ella y a su hermano Vicente el amor por la escena. Ambos se convirtieron en pilares del arte dramático cubano.

Raquel contaba con un don que la distinguía: voz grave, intensa y capaz de recorrer todos los matices de la emoción. Una voz que parecía contener secretos, y que se convirtió en su sello y en el misterio que aún hoy la identifica.

Más que interpretar, vivía los papeles. Con un arte fuera de serie, convencía al encarnar a la bella y peligrosa Doña Bárbara. Cautivó en el cine con el personaje de una de las tres “Lucía”, en 1968, aunque en el ya pretérito 1950 había debutado en la pantalla grande en Cien mujeres a plazo fijo.

En las tablas sentó igualmente cátedra cuando interpretó Lady Macbeth, Ariadna del Lago, la Dama de las Camelias, Santa Juana de América, Madre Coraje y muchas más. No había personaje que no asumiera con entrega total.

Raquel habitaba los textos de cada libreto. Esa cualidad la hizo triunfar desde sus inicios cuando se presentó en La Corte Suprema del Arte y La Escala de la Fama, que a mediados de la década del treinta le abrieron las puertas de las principales emisoras de radio en Cuba.

Fue también pionera en la televisión cubana. En los años cincuenta era la protagonista principal de La Novela de las Diez, junto a Manolo Coego. Quiénes la vieron en aquel tiempo, recuerdan su protagónico en Puerto Esperanza.

Fue tan de excelencia con un temple y una voz tan inigualables, con los que proyectó, según el caso, la fuerza y la ternura que hoy recuerda con admiración la memoria colectiva.

Sin conformarse con ser actriz, llegó a ser formadora y gestora. En 1958 fundó junto a su hermano Vicente y otros artistas el grupo Teatro Estudio, del cual fue directora general hasta su muerte.

En el Instituto Superior de Arte fue profesora titular y decana de la Facultad de Artes Escénicas. En 1985 recibió el título de Doctora Honoris Causa en Artes y, más tarde, fue la primera presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas. En 1999, junto a su hermano, Vicente, recibió el Premio Nacional de Teatro.

Parte de su encantador misterio estuvo en cómo su voz, que parecía hecha para la intimidad, se expandió en los grandes escenarios sin perder delicadeza. Hubo siempre en Raquel una vibración que sugería intensidad y desgarro.

Cada vez que hablaba en escena, el público sentía que detrás de las palabras había un mundo encantador oculto, una verdad cada vez por descifrar. Así se transformó en leyenda, con una belleza sonora como eco venido de un lugar secreto.

Raquel Revuelta transformó cada personaje que interpretó en una experiencia vivida intensamente para dejar en quienes la vieron y escucharon, la convicción de haber presenciado algo encantador e irrepetible.

Autor

  • Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz (Cienfuegos, 1951). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Periodista, escritor y director de programas de Radio. Autor de varios libros en México y en Cuba, entre ellos, "La Radio, utopía de lo posible". Colaborador del Portal de la Radio Cubana desde su salida al aire. Escribe además para espacios de Radio Progreso, Radio Ciudad del Mar y el periódico "5 de Septiembre".

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