Los radioaficionados también apoyarán el Censo de Población y Viviendas en Cuba

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“El tren del Noveno Congreso de la prensa cubana ya arrancó”, fue el clamor unánime de los periodistas de la emisora Radio Grito de Baire de la ciudad de Contramaestre, a 890 kilómetros de La Habana, al concluir un importante momento de reflexión colectiva profesional sobre los últimos cinco años de labor, en las importantes tareas de hacer radio para una comunidad de más de cien mil habitantes y emitir el mensaje solicitado por internautas fuera de Cuba a través de blogs y redes sociales de Internet.
Los jóvenes radialistas cubanos con sus producciones que trasciendan lo efímero, distinguidas por montajes novedosos y de calidad tendrán la posibilidad de reunirse en el Taller y Concurso Antonio Lloga del 21 al 26 de septiembre venidero.
La Casa del Joven Creador y un concierto de bienvenida, serán la locación y principal actividad que abrirán las cortinas imaginarias del evento de radialistas y realizadores que coincidirán en talleres y varias mesas redondas impartidas por destacadas personalidades de los medios audiovisuales en Cuba, entre los que se cuentan Carlos Padrón, jefe de la Sección de Artes Escénicas de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, quien ofrecerá testimonios exclusivos de cuando Antonio Lloga laboraba físicamente con él.
El proceso de elecciones en los Estados Unidos constituye, sin lugar a dudas, un verdadero show bochornoso, en el que participan múltiples y muy variados elementos, incluidos los grandes medios de comunicación que se montan en el carro de los protagonistas con el “sano propósito de contribuir al fortalecimiento de la democracia”, y, de paso, obtener “pequeñas” sumas de dólares; claro, no hay que pensar mal, no van a prestar sus valiosos servicios de gratis…no le parece?.
Desde el mismo inicio de la radio en América Latina -Cuba incluida-, las radiodifusoras asumen lo mejor de la experiencia de las artes que se realizaba en coliseos y teatros. Más allá de los que podían asistir a esos locales, ya era posible disfrutar también desde sus hogares, si es que tenían la posibilidad de adquirir un receptor.
Esto demuestra que la comunicación, desde esa época, estuvo signada por una carga cultural y recreativa a disposición de los públicos, muchos de ellos defraudados por la asimilación de la publicidad ante el empuje del mercado y su competencia.