El corazón de una mujer transformada en ave detiene el tiempo
Bajo la mirada cómplice de los satélites, llevando coreografías románticas y posmodernas de una ciudad a otra del planeta, mimada por el cariño de su pueblo, Alicia Alonso ha logrado el sueño secreto de la mayoría de los terrícolas: detener el tiempo.
Al final de la década del setenta, en el Gran Teatro de La Habana, la vi bailar por primera vez. Aplaudí su adagio del Lago de los Cisnes con el deslumbramiento de quien asiste a la revelación de un misterio, a la escenificación de una leyenda.