Fernando, el cinta negra de la radio
Fue en cuarto grado cuando Fernando entendió que su maestra era adivina. Ella descubría, sin esfuerzo alguno, las fabulosas justificaciones de los impuntuales, y no necesitaba más que mirarles a la cara para saber si habían hecho la tarea. La maestra Ángela parecía salida de un cuento sin escribirse aún.