Fidel, más allá de una metáfora
Es un privilegio para Cuba y el mundo disfrutar de su altura humana y universal. Escucharlo con la misma atención de un niño asombrado y descubrir la esencia de su alma. Es que Fidel es un hombre inabarcable, y no serían suficientes las palabras para bordar los latidos de su corazón.
Fidel es para mí un maestro en toda su dimensión. Con sapiencia y poder de convencimiento, nos insta a develar el secreto de las cosas; pronuncia verbo de filo cortante y su lúcida mente ha estado presta para advertir, convencer, escudriñar el futuro con la perspectiva de un presente que reclama el concurso de las buenas voluntades.