Fidel: un afluente eterno de energía
La estoy mirando. Voy con ella, corro con ella. 1993. Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce, final de los 800 metros planos. Regresa Ana Fidelia Quirot. Soy el aire y ella se sujeta de mí en cada paso, en cada curva. Regresa a la vida tras una grave quemadura. Bisturí y algodones. Es Fidel quien le ha sostenido la mano, quien ha estado a la cabecera de su cama.