La magia de perdurar en el éter y en el tiempo
La oportunidad de compartir diálogos, anécdotas y vivencias con hombres y mujeres que ejercen la locución, tanto en la provincia de Santiago de Cuba como en otros sitios del país, cada día me convence que de ellos se apodera un amor sin límites y entrega a una profesión, la cual contagia por la potencia de la voz, el coloquio apasionado y una química capaz de atrapar y convertir al oyente en prisioneros de la radio y la televisión.