Un 10 de marzo revolucionario
En el insurrecto Marianao, dos combatientes clandestinos forjaron una gran amistad basada en principios revolucionarios de lucha contra la dictadura. Ellos fueron Arístides Viera, capitán de milicias del Movimiento 26 de Julio, y Francisco Guzmán (Chin). Ambos realizaron numerosas acciones de sabotaje.