La amenaza de EE.UU. contra la soberanía de Venezuela

Cuba y otros países del mundo intentan con sus denuncias impedir una agresión directa contra el territorio de Venezuela por fuerzas militares de Estados Unidos, país que prosigue con su peligroso despliegue bélico en aguas del mar Caribe.

Desde agosto último, de acuerdo con alegaciones del presidente, Nicolás Maduro, bajo el pretexto de combatir el tráfico de drogas, Washington desplegó en aguas caribeñas, cercanas a Venezuela, abundante parque militar.

Apuntan de forma directa a la patria de Bolívar medios de guerra como ocho destructores, mil 200 misiles y un submarino nuclear, en tanto a Puerto Rico llegaron el 13 de septiembre último cinco cazas bombarderos F-35, los cuales se sumaron a la operación contra los cárteles de la droga, según el país del Norte.

Frente a esas acciones, que incluyen amenazas por los halcones de Washington de derribar aviones venezolanos en caso de que pongan a Estados Unidos en una presunta posición peligrosa, se impuso la denuncia de Caracas, la cual expone que dichas operaciones en realidad persiguen derrocar al gobierno de Maduro y apropiarse de los recursos naturales del estado latinoamericano.

Venezuela, cuyo gobierno legítimo movilizó en defensa del país a unos cuatro millones de milicianos, posee no sólo la mayor reserva petrolera a escala mundial, sino que también dispone de abundante gas, minerales y agua.

Mediante el uso desproporcionado de la fuerza bruta, el Ejército estadounidense en los últimos días en el mar Caribe destruyó con misiles y otros medios lanchas que presuntamente transportaban estupefacientes, sin importarle que murieran seres humanos, entre ellos jóvenes, dentro de esas embarcaciones.

De forma paralela, la fiscalía general estadounidense duplicó la recompensa del gobierno de ese país por información que conduzca al arresto del gobernante Maduro bajo la acusación, sin prueba alguna, de que encabeza una organización de narcotráfico.

Ante la nueva arremetida imperial autoridades de Cuba, país donde el pueblo rubrica sus firmas en documentos en defensa de Venezuela y contra las bravuconadas del imperialismo norteamericano, rechazan la propuesta de una nueva doctrina del gobierno del presidente, Donald Trump, a la que denomina “paz mediante la fuerza”.

En palabras del canciller del país caribeño, Bruno Rodríguez Parrilla, ello equivale a imponer a todos la voluntad arbitraria del imperialismo estadounidense con el uso de la amenaza, la coerción y la agresión.

Ante el plenario de la Asamblea General de Naciones Unidas, este 27 de septiembre el representante del estado latinoamericano insistió en que “Es una doctrina concebida para satisfacer las ambiciones de un poderío unipolar ya en declive, que responde, además, a los intereses de las grandes corporaciones transnacionales, a costa de los derechos de naciones soberanas y sus pueblos, y de los valores sobre los que se edificó esta Organización”.

Y prosiguió el jefe de la diplomacia cubana: “En el mar Caribe, se cierne hoy la amenaza de la guerra, con un despliegue naval y aéreo extraordinario, de carácter ofensivo, absolutamente injustificado, con misiles y medios de desembarco y asalto, y submarinos nucleares”.

Tras ratificar el enérgico rechazo de Cuba a los actos intimidatorios contra la hermana nación latinoamericana y caribeña, Rodríguez también expuso que generan una coyuntura peligrosa que viola el Derecho Internacional y ponen en peligro la paz y la seguridad regionales, el ataque y la destrucción de lanchas sin identificación o destino conocido y el asesinato o ejecución extrajudicial de civiles, junto a la interceptación de embarcaciones o buques pesqueros.

En igual sentido, en el 80 período de sesiones del organismo mundial se pronunció el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien consideró que la excusa de embestidas en territorio latinoamericano a lanchas que presuntamente transportan drogas es mentira.

Como otros mandatarios, el jefe de Estado también valoró que la política de Estados Unidos contra ese flagelo no es para detener la cocaína que llegue a su territorio, sino para dominar a los pueblos del Sur.

Alertó, en ese sentido, que el imperio necesita la violencia para dominar a Colombia y a América Latina, y requiere para sus fines hegemónicos destruir el diálogo e imponer y lanzar misiles asesinos sobre jóvenes pobres del Caribe.

Es un hecho lamentable hoy que el gobierno norteamericano emplee cientos de millones de dólares en su carrera armamentística, mientras millones de seres humanos en el mundo sufren hambre y carecen de servicios básicos como salud y educación por falta de recursos financieros.

Por otro lado, no es ocioso recordar que en enero de 2014, como voluntad de sus pueblos, los jefes de Estado y Gobierno de países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños declararon esa área geográfica como Zona de Paz.

La Zona de Paz, en resumen, es un principio rector y marco legal-diplomático que consolida el estatus quo de paz interestatal y sirve como faro para guiar la acción colectiva de la región hacia un futuro más estable, soberano y próspero.

Autor

  • Oscar Bravo Fong

    Colaborador de la Radio Cubana. Labora en la Agencia Prensa Latina y trabajó en el Periódico Trabajadores. Colaboró con otras publicaciones de Cuba y México. Cumplió misiones como corresponsal en Angola, Chile y Siria. También dio cobertura a las misiones médicas cubanas en cuatro países de África: Guinea Ecuatorial, Ghana, Mali y Gambia. Varios de sus trabajos periodísticos se publicaron en el libro "Heraldos de la Salud y la Vida".

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