Nuestras elecciones (III y final)

La novedad del sistema electoral cubano con respecto a la práctica política internacional, especialmente el concepto de que es el pueblo quien postula y quien elige, resulta inaceptable para los enemigos jurados del socialismo. Llenar de pueblo los escaños donde se aprueban las leyes del país aterra a las élites económicas en casi todo el mundo. Si se quieren pruebas recientes de ese pánico clasista, ahí están los asaltos al Capitolio de Washington por los seguidores de Trump, a la sede de los Tres Poderes en Brasilia, por los bolsonaristas, y la ridícula resolución presentada por una legisladora de origen cubano de la Florida, que condena al socialismo como ideología política para evitar que alguna vez pueda prosperar un ideal de justicia social en la nación estadounidense. El miedo no es gratuito. El mundo capitalista sufre una alarmante crisis de confianza en sus instituciones políticas. Los expertos advierten acerca de la creciente percepción ciudadana sobre las instituciones como «una cosa alejada de la sociedad, que los políticos no viven en el mundo real y discuten en una jaula de grillos». Cuántas veces no vimos, en las noticias internacionales, a legisladores de las más diversas corrientes discutir a puñetazos o a silletazos. Cuba escapó a tiempo de ese modelo de «ataque al adversario». No se salió de la democracia, como la acusan sus detractores. La Revolución Cubana rescató la democracia, echando a los politiqueros de la política. La Revolución Cubana innovó en política, al crear una Asamblea de obreros, campesinos, intelectuales, estudiantes, mujeres y hombres, blancos, negros y mulatos, jóvenes y menos jóvenes, religiosos y no religiosos. Haciendo camino al andar, en un proceso de creciente aprendizaje, en el cual todo se transforma, hoy podemos mostrar un parlamento ecuménico y unitario, del que saldrán las más importantes decisiones, incluyendo la que …

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El Comandante Almeida vive e inspira

La extraordinaria vida del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque se empina, a 96 años de su natalicio, entre las de esos hombres «escasos como los montes» que, al decir de Martí, «saben mirar desde ellos, y sienten con entraña de nación, o de humanidad». Surgido del pueblo, este 17 de febrero trascienden su amor a la Patria y la fidelidad a la causa que abrazara junto a Fidel, Raúl y los hermanos de la Generación del Centenario, en la gesta del Moncada primero, y luego en prisión, el exilio, la expedición del Granma, y la lucha armada en la Sierra Maestra, hasta la victoria. Pero fue más allá, sobre las balas de Alegría del Pío, con ese grito de « ¡Aquí no se rinde nadie», que define hoy y por siempre a todo un país; en el rescate del Che, herido en el cuello en el propio combate; y luego en El Uvero, paralizado en su avance por un balazo en el pecho que estuvo a punto de alcanzar su corazón. Ya el pasado año el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, lo definió: «Juan de los humildes, Juan de los fundadores, Juan de los rebeldes, Juan de los eternos de la Revolución», porque a ese valor supo unir la sencillez, su inteligencia y el apego al pueblo. Para el Héroe de la República de Cuba la mayor felicidad nunca estuvo asociada a grados y cargos, sino al encuentro con los hombres, mujeres y niños que, atraídos por su carisma, se le acercaban espontáneamente, y a quienes después del diálogo cordial despedía con tres emblemáticas palabras: «¡Viva Cuba libre!». De Raúl dijo que era su hermano y a Fidel lo valoró como un padre, pero ya desde mucho antes …

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¿Qué son y qué hacen las comisiones de candidaturas? (II)

Las comisiones de candidaturas son presididas por un representante de la Central de Trabajadores de Cuba, designado al efecto por dicha organización, lo que comunica al Consejo Electoral correspondiente. Para ser miembro de una Comisión de Candidaturas se requiere estar en el pleno goce de sus derechos civiles y políticos, según lo establecido en la ley. Si un miembro de una Comisión de Candidaturas es propuesto como precandidato a un cargo electivo en los órganos del Poder Popular, debe ser sustituido de inmediato por la organización de masas a la que representa. Las comisiones de candidaturas tienen independencia funcional respecto a cualquier otro órgano; en el cumplimiento de sus funciones y atribuciones están sujetas únicamente a esta Ley, y actúan en coordinación con los consejos electorales respectivos. Las comisiones de candidaturas en todos los niveles garantizan sus principios de funcionalidad, composición y continuidad del trabajo; actúan de conformidad con la ley y mantienen un programa de capacitación de sus integrantes. Fuente: Ley NO. 127, Ley electoral. Titulo VII, Capítulo I, disposiciones generales, Artículos 155 al 158.

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¿Qué son y qué hacen las comisiones de candidaturas? (I)

Para elaborar y presentar los proyectos de candidaturas de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y cubrir los cargos que eligen esta y las asambleas municipales del Poder Popular, se crean las comisiones de candidaturas nacional, provinciales y municipales. Las comisiones de candidaturas se integran por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, designados por las direcciones nacionales, provinciales y municipales respectivas. En el caso de que alguna de las organizaciones de masas carezca de representación en algún municipio, se designa un representante por la dirección provincial correspondiente. Las direcciones municipales, provinciales y nacionales de las organizaciones de masas designan tantos representantes como se decida por la respectiva Comisión de Candidaturas y les informan de las decisiones que adopten en cuanto al cambio de su representación en ellas. Los nuevos representantes en las comisiones de candidaturas toman posesión de sus cargos ante el Consejo Electoral correspondiente y reciben la capacitación necesaria.

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Nuestras elecciones (I)

«No hay democracia en Cuba», repiten hasta el cansancio los que adversan el sistema político cubano. «¿Cómo puede haberla con un solo partido?». A la pregunta habría que responder con otra: ¿quién dijo que democracia significa multipartidismo? Democracia es, en todas las acepciones del término, gobierno del pueblo. Y podríamos agregar: por el pueblo y para el pueblo. El multipartidismo es, con todo respeto para la mayoría de las sociedades contemporáneas que lo consideran garantía de democracia, una fragmentación de las fuerzas políticas de la nación, con un fin supremo: disputar el poder. Es así como el sentido de servicio a las mayorías queda relegado y ellas mismas no llegan a las candidaturas. Cuba no puede ser medida bajo ese criterio, porque su sistema electoral fue concebido, justamente, para superar las limitaciones que tienen los modelos tradicionales para favorecer el acceso del pueblo al poder. Pero, no es propósito de este editorial cuestionar la legitimidad de los procesos electorales de otras naciones, ni exaltar nuestros méritos denigrando a los otros, pues estaríamos cayendo en el mismo error de los muchos que, sin conocer el sistema electoral cubano, lo descalifican por no ser calco y copia del que ellos defienden. Una verdad sí debe ser dicha: Cuba ya conoció y practicó el multipartidismo y el pueblo siempre perdió en la pelea de los partidos. Cuba cree en la fuerza que la unidad de millones de ciudadanos en torno a un solo Partido, les aportan a sus necesidades y demandas como sociedad. Al aprobarse este domingo las candidaturas locales para nuestras Elecciones generales, se está iniciando uno de los más importantes procesos del sistema político que se ha dado a sí misma la nación, para garantizar el ejercicio de la democracia plena desde la participación ciudadana. Sin ella, la democracia estaría vacía …

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