Antonio Lloga: cobija y ejemplo

Fue un día diferente en la Biblioteca Elvira Cape de Santiago de Cuba, ubicada en la calle Heredia, la primera arteria que llevó el nombre de un patriota cubano, incluso en la época colonial. Diferente, porque aunque el espacio “El autor y su obra” es ya habitual, se rindió tributo a Antonio María Lloga Simón (1921-1977), en el mismo Taller y Concurso Nacional de la Radio Joven que lleva su nombre.

Tengo el privilegio de conducir esa propuesta de diálogo, reconocimiento y homenaje a grandes figuras de nuestra cultura. Entre los presentes, Yuzaima Cardona Villena, Directora General de la Radio Cubana y Yasel Toledo Garnache, presidente de la Asociación Hermanos Saíz.

Treinta y cinco ediciones de un certamen artístico no son pocas, es toda una historia que ha cobijado a lo mejor de los creadores y de la obra radiofónica de este archipiélago. Los que comenzaron, recuerdan el convite con nostalgia, los que llegan ahora lo viven, en el aprendizaje de los talleres y en las sorpresas de un concurso que entregó en ese mismo espacio los llamados premios colaterales.

Yo quitaría para siempre el vocablo “colateral” de estas citas y las afirmaría como premio de las instituciones, porque prestigiosos centros y organizaciones se suman a la fiesta, con su jurado, con dictamen propio.

Mientras Gustavo Lloga Domínguez, profesor, historiador del arte y especialista de la citada biblioteca, nos entregaba remembranzas de su padre y de su madre, la también actriz Carlol y Domínguez, proyectaba imágenes históricas, con hitos de su vida profesional y familiar.

El sonido infaltable de la máquina de escribir, la referencia a novelas como “Cuando el monte ruge” y “Tú eres mi historia” (llevada a la televisión en 1977 por el canal Tele Rebelde), así como multitud de anécdotas del noticiero infantil “Siempre listos”, desfilaron en una tarde para la memoria.

Fue particularmente emocionante escuchar el poema “Elegía del Forastero”, una pieza exhumada de la prolífica creación de la figura homenajeada, y  observar de puño y letra de Félix B. Caignet la dedicatoria que este le hizo a Antonio Lloga y que, por supuesto,  Radiaciones le muestra.

Gustavo nos habló de la interacción de Antonio Lloga con los ambientes que luego novelaba y sobre aquel aporte de convertir al narrador de dramatizados en todo un personaje, capaz de dialogar con los protagonistas de la puesta y con los oyentes. Esta es una especialidad exigente, central, que implica una enorme responsabilidad, que ayuda a construir la atmósfera y la visualidad.

Después de estos pasajes llegaron los premios, que otros reportes destacan. Estas letras y estos párrafos son un bordado de la importancia de la historia como cimiento, como juntura entre la huella entregada y el renuevo que un Concurso como el Antonio Lloga In Memoriam siempre nos entrega, desde las diferentes formas y especialidades de esa imbatible que es la radio.

 

 

Autor

  • (Santiago de Cuba, 1968) Licenciado en Periodismo (1991) y Máster en Comunicación Social por la Universidad de Oriente (2004). Recibió la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro (2021) por la obra de la vida. Alcanzó el premio de los concursos nacionales de poesía Hermanos Loynaz (2011) y Regino Pedroso (2014). Premio Latinoamericano de Crónicas (Portal Nodal Cultura, 2016). Entre sus libros: A capa y espada, la aventura de la pantalla (2011), Poemas del lente (2013), La noche más larga. Memorias del huracán Sandy (2014), Ser periodista, ser Quijote (Ediciones La Luz, 2019) y Las pequeñas palabras (2019). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Actualmente es realizador de la emisora Radio Siboney.

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