Cuando después de cuarenta años de trabajar en la Redacción de Musicales de Radio Progreso, te ha llegado la hora de jubilarte, sientes que es un paso imprescindible en el transcurso de nuestras vidas como profesionales, pero es un momento para el cual no se está preparado. Casi evitaba ir de visita a la querida Emisora porque sientes que las paredes de cualquier pasillo por donde camines, te hablarán acerca de la nostalgia de aquellos tiempos lejanos que ya no volverán. Sin embargo, el pasado sábado fui invitado por Cristina Reyes, la directora de Radio Progreso para recibir a los participantes del Encuentro Internacional de Coleccionistas y Melómanos, evento que, organizado por la EGREM, reunió a más de una docena de colombianos y un mexicano que son fervientes admiradores de la música cubana.
Y en ese momento, me percaté que tenía la oportunidad para hacer catarsis de mi amor a Progreso. Acompañados por Yuzaima Cardona, Directora General de la Radio Cubana, y Alfredo Zamora, director de Programación y de Contenidos de la Radio, entre otras personalidades, al entrar al emblemático Estudio No. 1, les expliqué que nos encontrábamos en un santuario de la música cubana. No podía decirles otra cosa, si ese es el estudio en donde Benny Moré ofrecía sus presentaciones a todo el público que, gratis, colmaba el lugar.
Como no sentirme orgulloso al recordarles a los visitantes, que esa era la sede desde la cual la orquesta Aragón con el inolvidable locutor Jesús López Gómez, hacían su programa semanal Los Aragones, además de que pude propiciar la grabación ocasional de Silvio Rodríguez con su canción Imaginada acompañado de la orquesta Aragón, al igual que el hecho de haber logrado las únicas grabaciones que existen del experimental grupo Arte Vivo entre otras muchas más grabaciones.
Si a estas alturas ya nuestros melómanos estaban francamente emocionados por tanta gloria vivida, todavía les faltaba conocer que desde ese mismo Estudio No. 1 de Radio Progreso, se grababa en vivo, de lunes a viernes, nada menos que un programa del rango de Alegrías de Sobremesa. Con sketch humorístico de Alberto Luberta y la locución de Eduardo Rosillo, no había oyente de nuestra emisora en todo el país, que no hiciera un alto en sus actividades para disfrutar de semejante programa, no solo por la estelar constelación de actrices y actores para quienes escribía Luberta, sino que para la parte musical del programa, por este escenario pasaron nuestras mejores orquestas desde Los Van Van hasta Adalberto Álvarez y su Son o NG la Banda entre tantas otras.
Al llegar a la Fonoteca de Radio Progreso, no era difícil darse cuenta para ellos, que se encontraban en el corazón de la Emisora. Aquí permanecen archivados miles de cintas que contienen esa música patrimonial de diferentes generaciones, inclusive muchas de estas cintas fueron grabadas en el propio Estudio No. 1 además de almacenarse aquí también discos tan antiguos como aquellos de 78 rpm.
Finalmente, subimos hasta el tercer piso, específicamente para entrar al Estudio 4, desde donde memorables nombres de directores como Caridad Martínez, Moraima Osa o Gilberto Enríquez grabaron aquellas novelas y cuentos que capturaban diariamente la atención de multitudes de nuestros oyentes. Pero para esta ocasión, disfrutamos de un grupo de música campesina que les dedicaron cálidas improvisaciones a los visitantes.
Al despedirse, no sabían cómo agradecernos la oportunidad de haber estado en un gestor patrimonial de la cultura cubana tan relevante como Radio Progreso, por toda esa música que la sienten también como suya. Yo les respondía que los agradecidos éramos nosotros, porque al tratar de impregnarles la emoción de estar físicamente en el centro de lugares que nos resultan sagrados, comprendí entonces por qué las paredes de Progreso, me hablan.
Y es porque desde los porteros hasta los editores, operadores de sonido, guionistas, locutores, actrices y actores al igual que mis colegas directores, personal de oficina, en fin, a cientos de ellos con los cuales compartí durante más de cuarenta años, los llevo a todos, sin excepción, en mi corazón y para siempre.
Autor: Guille Vilar / Radio Progreso