El mayor mérito de la Revolución está en su pueblo

El mayor mérito de la Revolución está en su pueblo
Los cubanos podemos hablar de la unidad, porque la Revolución está viva y busca su propio camino para seguir adelante. La heroicidad de nuestro pueblo ha sido impresionante; a pesar de todas las dificultades económicas y los problemas sociales que existen, de los ataques mediáticos y de las campañas enemigas.

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«El mérito de la Revolución cubana se puede medir por el hecho de que un país tan pequeño haya podido resistir durante tanto tiempo, la política hostil y las medidas criminales lanzadas contra nuestro pueblo por el imperio más poderoso surgido en la historia de la humanidad, el cual, acostumbrado a manejar a su antojo a los países del hemisferio, subestimó a una nación pequeña, dependiente y pobre a pocas millas de sus costas. (…) No fue un mérito particular de sus líderes, sino fundamentalmente de su pueblo».

En una de sus Reflexiones, publicada el 8 de abril de 2010, el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, valoraba así uno de los más trascendentales sucesos ocurridos en la región, en el siglo XX.

Foto: José Manuel Correa

Y es que las revoluciones no son hijas exclusivas de una sola generación, sino procesos de continuidad histórica. La nuestra ha tenido la peculiaridad de ser auténtica, y su escuela es, ante todo, mambisa y martiana.

Así emprendió el difícil camino. Así ha vencido todo tipo de adversidades. Así se ganó un reconocimiento internacional, por la entereza de sus líderes que jamás claudicaron y han acompañado a su pueblo con una dignidad impresionante.

Partiendo de sus profundas tradiciones patrióticas y revolucionarias que tienen sus raíces en la historia, aquel núcleo inicial de combatientes que fue al Moncada y luego se prolongó en el Granma, el Ejército Rebelde y la lucha clandestina, fue capaz de sortear todos los obstáculos hasta lograr la victoria y la unidad revolucionaria.

Foto: José Manuel Correa

Ellos supieron forjar y preparar, con clara visión de largo alcance, a las nuevas generaciones que debían garantizar la continuidad de la monumental obra levantada.

En las circunstancias actuales, como nunca antes, la perdurabilidad y la fortaleza de la nación tendrán que sustentarse, como garantía decisiva, en esa unidad conquistada que se nutre de las ideas que sucesivas generaciones de cubanos fueron tejiendo con su sangre, resistencia, inteligencia, lucha y cultura.

Ciertamente, los cubanos podemos hablar de la unidad, porque la Revolución está viva, absolutamente viva, y busca su propio camino para seguir adelante. Que nadie lo dude: la Revolución es y seguirá siendo cubana. Sus hijos son vencedores de dificultades y contratiempos, capaces de derrotar las adversidades y salir en busca de nuevos sueños.

Foto: José Manuel Correa

Los últimos años no han sido fáciles, como no lo ha sido la historia misma de la Revolución cubana, desde que Fidel lo vaticinara aquel histórico 8 de enero de 1959, cuando los guerrilleros del victorioso Ejército Rebelde entraron a La Habana.

La recuperación económica del país es una prioridad para el gobierno nacional. A la difícil situación en el ámbito económico que vive Cuba -arreciada por el despiadado bloqueo del gobierno norteamericano- se suman el complejo escenario electroenergético, el complicado contexto epidemiológico y los impactos del huracán Melissa, que el pasado 29 de octubre azotó el oriente del país.

Muchos han sido los desafíos y los obstáculos en el 2025. Esta pequeña nación -a la vez gran isla del Caribe- ha enfrentado una etapa muy dura, pero también de unidad, solidaridad y altruismo, donde Cuba no ha estado sola. Varios países, gobiernos y amigos han ofrecido su apoyo, desde diferentes lugares del mundo.

Foto: José Manuel Correa

La heroicidad de nuestro pueblo ha sido impresionante; a pesar de todas las dificultades económicas y los problemas sociales que existen, de los ataques mediáticos y de las campañas enemigas.

La Patria sigue convocando a sus hijos. Los más veteranos y los más jóvenes deberán seguir apostando por la eficiente transformación de la economía, la preservación de las conquistas sociales y la defensa de un sistema político escogido soberanamente.

La Revolución es una sola, con sus conquistas e insatisfacciones, con sus alegrías y sus angustias. Lo más importante seguirá siendo Cuba, y la unidad que nos define y nos salva.

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