Revisitando a Oscar Luis López

Este 5 de septiembre hace 17 años del deceso en 2007 del actor, director, productor, escritor, poeta, músico, profesor, historiador e investigador habanero Oscar Luis López Fernández, de quien para su cumpleaños publiqué el 6 de mayo de 2021 en este mismo sitio de la radio cubana Oscar Luis López: un hito para la radio cubana, festejando de antemano un año y cuatro meses antes del centenario de este medio en Cuba; pero como todo verdadero hito, nunca se agota ni se pueden obviar sus fechas.

Nacido en 1913, en su natal Luyanó transcurrió su infancia y juventud y hacia el año 1920, descubrió sus habilidades naturales para imitar voces y sonidos cuando discutía igual que el chino carretillero vendedor de pescado con su abuela; estudió la preparatoria pero no pudo acceder a la Universidad cerrada por el entonces dictador Gerardo Machado (1930) y para subsistir, comenzó entonces en la radio como músico y comediante, se integró al trío del pianista y compositor Candito Ruiz (1933, a quien debe el mote de Sibanicú, como él llamó al trío) y tras imitar a los humoristas Garrido y Piñeiro, se consagró en la CMQ, con patrocinio de la firma Sabatés, en el primer serial radial dramático de América Latina, la serie detectivesca Chan Li Po, escrita por Félix B. Caignet (al aire desde el 3 de enero de 1937), quien al oírlo por azar, lo citó para proponerle interpretar al protagonista, lo que le cambió la vida radicalmente al actuar y llegar a dirigir la serie, encumbrado para siempre como un símbolo en la radiodifusión cubana, calando hondo en el imaginario popular nacional y en su memoria histórica tradicional, con constantes récords de audiencia.

Al concluir esta serie en 1941, interesado en continuar descubriendo el mundo de la radiodifusión, llegó a otras emisoras y disciplinas artísticas, fue actor de la Mil Diez cuando esta surgió en 1943 y en 1948 dirigía el espacio de mayor repercusión en la radio-audiencia nacional: la novela El derecho de nacer, obra también de Caignet, que marcó pautas en el quehacer dramático de la radio en Cuba y trascendió a otros países, dirigiendo a los mejores artistas cubanos del momento, entre ellos María Valero, Carlos Badías, Minín Bujones, Marta Casañas, Pilar Mata, Idalberto Delgado, Enrique Santiesteban, Xiomara Fernández, Nenita Viera, Carlos Paulín, Piry Pérez y Nidia Sarol.

Cuando se inauguró oficialmente la Televisión Cubana mediante Unión Radio Televisión canal 4 de Gaspar Pumarejo el martes 24 de octubre de 1950 desde el Palacio Presidencial por el entonces Presidente de la República de Cuba Carlos Prío Socarrás (donde también había sido con el Presidente en 1922 la primera trasmisión de radio fuera de los estudios) ya él desde el 17 de octubre de 1950 trabajaba en la primera planta de video cubana para la naciente televisión, donde fue su primer mimetista, cuyos personajes más frecuentes eran un chino y un viejo, y declamaba poemas. El primer libreto que llevó a televisión fue de Marcos Behmaras, pero el segundo fue un original suyo.

Al crearse el Circuito CMQ, fue uno de sus cinco primeros coordinadores de programas; en CMQ-TV dirigió el programa Su estrella favorita, el más costoso espacio televisivo de todos los tiempos en Cuba en el Estudio dos de Radiocentro, donde presentó a Maurice Chevalier (1956), Nat King Cole, Cab Calloway, Lola Flores (1958), Tito Schipa, Pedro Vargas, Tito Guizar y Libertad Lamarque, y dirigió desde el 1ero. de abril de 1961 y hasta el año 1968 el programa De fiesta a las 9, inaugurado por nuestra infinita vedette Rosita Fornés con lo más popular y representativo del mundo del espectáculo cubano, incluyendo el sketch de Tota y Pepa escrito por Alberto Luberta y con las actuaciones especiales de Maritza Rosales, Manolín Álvarez, Reinaldo Miravalles y José Antonio Rivero, todo lo cual lo consagró también para la televisión cubana, con impacto internacional.

Entre sus aportes sustanciales a la radio cubana, donde dirigió todo tipo de programas (dramáticos, musicales, infantiles…), le introdujo la narración simultánea y el movimiento audio-escénico, y se consagró aún más imprescindible a nuestra cultura mediática al publicar en 1981 su libro La radio en Cuba, muy profunda y analítica historia de la radiodifusión nacional reeditado con ilustraciones en 1998 por la editorial Letras Cubanas con 550 páginas digitalizado el 5 de junio de 2008, y una tercera edición en el año 2002 por la misma editorial, esencial al rescate y revitalización del patrimonio mediático cubano donde fundamentó cuatro etapas en la historia de la radio: artesanal o romanticismo radial; comercializada incluyendo su “edad de oro” (1930-1940); monopolista ya con las grandes “cadenas de radio” (1941-1959, en otros países hasta bien entrados los años 1980 cuando se imponían nuevas tecnologías hacia la entonces naciente era digital), y una cuarta etapa que llamó de transición, en Cuba iniciada en 1960.

También en este libro desmintió que las trasmisiones radiales en Cuba comenzaran con la estadounidense Cuban Telephone Company, sino mes y medio antes con los cubanos Luis Casas Romero y su hijo; libro que se impone como todo un paradigma clásico y fundacional para la historia y valores de la radio cubana, por el modelo que ofrece y otros resultados para la radio de cualquier país, y por el sistema que integran, en los medios cubanos y del mundo.

Otros libros suyos son Alejo Carpentier y la radio, y Luis Casas Romero: el creador de la criolla, publicados finalmente en 2003 y 1982, respectivamente, con aportes también para la musicografía cubana, y dejó inconclusa e inédita cuando ya casi finalizaba, La radionovela y Félix B. Caignet, todo ello paralelamente sin dejar de escribir, musicalizar o dirigir radio.

En 1988, cuarenta años después de su estreno, al dirigir El derecho de nacer, recordaría a Josefa Bracero cuando había comentado para este nuevo empeño al eminente José Antonio Portuondo su interés de eliminar entonces al narrador alambicado y las metáforas, para ir a lo directo, pero Portuondo le reclamó: “No, Oscar, no le quites eso, por favor. Eso es museable. Esa característica única y exclusivamente la tiene Félix B. Caignet. No borres eso”, y decidió grabarlo idénticamente al original, con primerísimas figuras como Xiomara Fernández interpretando a María Elena (en 1948, había encarnado otro personaje), Miguel Navarro como Albertico Limonta, Obelia Blanco como Isabel Cristina, Tita Elvira Cervera como Mamá Dolores… todos actuaron magistralmente.

Cuando en 1997 Radio Rebelde retransmitió la serie Chan Li Po, López volvió a dirigirla y actuarla, y fue asombroso que no había cambiado el timbre, se sentía igual: “nadie que oye al chino puede pensar que sea yo hablando como el chino”.

Entre muchos más tan merecidos reconocimientos, ganó la Orden Félix Varela, el Premio Nacional de Radio por la Obra de la Vida, y Artista de Mérito de la Radio y la Televisión, y ha motivado publicaciones a Perla Cartaya Cotta entre sus Glorias cubanas; a Josefa Bracero Torres (Oscar Luis López: la radio, razón de vida, 2007) y varios más.

Así por ejemplo, Rafael Lam Marimón (2024, abril 25) lo recuerda como su maestro en la década de 1980 en un curso de dirección de programas de radio por la Unión de Periodistas de Cuba, entre una pléyade de amigos interesados en la radio que tuvieron la suerte de ser sus alumnos. Descendiente de chinos, a Lam le impactaba mucho aquel lema de Chan Li Po: “Paciencia… mucha paciencia”. Luego se lo encontraba mucho cerca del mercado de K y 17, en El Vedado, lo saludaba con mucha reverencia y le preguntaba algo, hasta obtener una entrevista; el 17 de junio de 2019 para Cubanow, publicó su artículo Oscar Luis López: un hombre de la radio y la televisión, donde rememoró sus 65 años en la radio cubana, trabajando para las emisoras radiales COCO, la RHC Cadena Azul, Radio Progreso, asesor del sistema de la radio y la televisión, y en cine su breve aparición en la película de crítica sobre el caudillo nazi alemán Adolph Hitler, y otros muchos trabajos como productor de Producciones Barral, en varias películas.

Josefa Bracero Torres (en “Oscar Luis López: la radio, razón de vida”; 2007, septiembre 5, en este mismo sitio web de la radio cubana) recuerda cuando se lo presentaron en Manzanillo el 10 de octubre de 1982, y él era ya toda una leyenda viva de la radio cubana; lo reconoce como

“el artesano devenido investigador y aglutinador de experiencias y vivencias de las que es parte y actor. Nadie como él ha sentido en su cerebro y en su corazón el llamado del hecho cultural, cuya adultez e importancia merecían el recuento reflexivo, el acto gnoseológico, para grabar sobre las páginas del tiempo los desvelos y la actividad de generaciones aplicadas, que aun con diferentes ideologías, motivaciones y formas, fundan y se consagran a engrandecer esta herencia cultural que es la radio cubana”.

Y con su sonrisa de siempre y esa frase tan suya en sus momentos tan difíciles como al responder a la doctora que lo atendió sus últimas horas, lo revisitamos hoy “aquí, guapeando”.

Autor

  • (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

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