La historia de la radio en el centro de Cuba tiene un nombre indispensable: Franklin Reinoso Rivas. Su voz, su dirección y su ingenio creativo se entrelazaron por más de cinco décadas con la parrilla sonora de la provincia, dejando una huella imborrable que trasciende el simple recuerdo para convertirse en legado. Su vida fue un testimonio puro de dedicación, un amor inquebrantable por el medio al que, como él mismo afirmaba, llevaba «en las venas».
El camino de Reinoso hacia las cabinas de transmisión comenzó de manera formal en 1963, cuando ingresó a la Escuela del ICRT. Allí, un joven ávido de conocimientos recibió una formación integral de la mano de las grandes personalidades de los medios de la época. Sus estudios abarcaron no solo la locución, sino también la dirección de programas, las técnicas de audio y la apreciación musical, forjando en él una visión completa del quehacer radial. Esta base multifacética le permitiría, años después, revolucionar la programación desde dentro.
Su debut profesional tuvo lugar en la emblemática Emisora CMHW de Santa Clara, un espacio que se convertiría en su segunda casa. Pronto destacó no solo como una voz familiar, sino como un director de programas visionario, especialmente de aquellos espacios dirigidos a la juventud. Bajo su guía, los contenidos adquirieron una nueva dimensión, volviéndose más dinámicos, integradores y afines a los intereses de las nuevas generaciones. Su espíritu creador y sus profundos conocimientos lo llevaron a ser un agente de cambio, contribuyendo a modernizar y hacer más atractiva la oferta radial de la provincia.
La carrera de Franklin Reinoso fue tan vasta como versátil. Aunque la locución fue su columna vertebral, su curiosidad y talento lo llevaron a dominar otras especialidades. Se desempeñó como realizador de sonido, grabador multipista e incluso operador de control remoto, demostrando que su compromiso con el producto final iba más allá de la cabina.
Entre sus mayores satisfacciones profesionales se encontraba la grabación en estudio de orquestas musicales. Trabajó con agrupaciones emblemáticas como Aliamén, la Orquesta Revelación y, de manera especial, con la agrupación de Cándido Fabré, experiencias que consideraba entre las más enriquecedoras de su vida. También recordaba con intensidad las coberturas exhaustivas y las transmisiones especiales realizadas «a pie de obra»: desde la épica Zafra de los Diez Millones hasta los campos de café en El Escambray, llevando la radio a cada rincón de Cuba y testimoniando la vida de la nación.
La consagración a su oficio no pasó desapercibida. Su vitrina de galardones da fe de una vida de entrega. Franklin Reinoso fue distinguido como Artista de Mérito del ICRT y recibió el Micrófono de la Radio Cubana, máximo honor para un trabajador del sector. La Orden Majadahonda lo reconoció como artista internacionalista, mientras que el Sello Aniversario 85 de la Radio Cubana, el de Laureado y la Medalla Raúl Gómez García completaban un palmarés ejemplar.
El broche de oro a su extensa carrera llegó en agosto de 2021, cuando le fue otorgado el Premio Nacional de Radio. En una emotiva entrevista concedida a Vanguardia desde su hogar en Santa Clara, el maestro radialista manifestó su inmensa felicidad por un galardón que dedicó a su familia y a sus compañeros de toda la vida. «Aunque nunca he trabajado con la mirada en los premios, me alegra mucho que al final de mi carrera piensen que soy digno de merecerlo», confesó.
En esa misma conversación, remontó sus orígenes a Caibarién, donde su acercamiento a la radio fue guiado por el pionero Manolín Álvarez y, de manera fundamental, por su propio padre, Feliciano Reinoso. Con orgullo, Franklin recordaba que su padre es considerado el autor de la que posiblemente fue la primera narración deportiva en Latinoamérica, durante una pelea de boxeo en 1923.
Su amor por la radio fue un fuego que supo contagiar. Legó esta pasión a sus dos hijas, quienes siguieron sus pasos en el mundo de las ondas hertzianas. Su vida personal y profesional estuvo complementada por el apoyo de su esposa, la periodista María Teresa Valdés, también de la CMHW, con quien formó un tándem inseparable.
Franklin Reinoso Rivas falleció el 13 de septiembre de 2021, en Santa Clara, a los 75 años. Sin embargo, su voz no se apagó. Permanece viva en los archivos sonoros que ayudó a salvaguardar, en el magisterio que impartió a generaciones de radialistas y en el recuerdo de quienes lo conocieron como un hombre-radio, un creador integral cuya vida fue, en esencia, el sonido de una época.


por