Che: vigente e imprescindible
En tiempos en que la ofensiva de los ultraderechistas y los designios imperiales atenazan con hechos violentos, políticas neoliberales y campañas mediáticas agresivas a varios países de América Latina y fomentan guerras e intervencionismo por el mundo, el pensamiento y la figura de Ernesto Che Guevara evidencian su cercanía y necesidad, a punto de su 95 cumpleaños. Ernesto Guevara de la Serna nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, pero se convirtió en el Che entrañable de los cubanos, cuando decidió unirse en México a los expedicionarios del yate Granma que enrumbaron en 1956 hacia la Sierra Maestra, a luchar por la libertad de la Isla. De allí bajó con los grados de Comandante, ganados bravamente en julio de 1957 y demostrados como jefe de una importante columna, cuando dirigió decisivos combates y en la legendaria batalla final de Santa Clara. El hombre que se había incorporado como médico a la lucha de los cubanos bien pronto demostró que estaba entre los primeros y más corajudos soldados y que era un inteligente estratega. Los años que pasó entre los cubanos hablaron de la confianza del máximo Líder de la Revolución, Fidel Castro, de los restantes cuadros del Ejército Rebelde y de su entrañable hermandad con otro líder amado los cubanos, Camilo Cienfuegos. Como ministro en actividades de gran peso en los sectores de la industria y bancario, Guevara se aplicó a fondo en el estudio y la consagración sin límites al trabajo, para desempeñar con dignidad, creatividad y honradez sus funciones. Aplicó nuevos métodos de dirección, arrastraba y entusiasmaba a sus subordinados mediante su entrega y ejemplo. Implantó un riguroso sistema de control que preconizaba ante todo la exigencia por la disciplina y el laboreo consciente y aplicado. Su austeridad y modestia fueron proverbiales. Estimuló el estudio, …

