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Visitar un centro de aislamiento, a pesar del riesgo, me resulta gratificante. Basta escuchar vivencias de quienes a diario se exponen al peligro de una pandemia. Irreconocibles tras sus medios de protección, pero al escuchar las voces de Belkis Cabarroca Caturla y Tamara Mendoza Rodríguez, recuerdo días de gloria en que ambas licenciadas en Enfermería regresaron a su pueblo luego de salvar vidas en diversos lugares.
La historia de María Isabel Hernández Santana puede parecer similar a la de los otros muchos cubanos que, desde el sector de la salud, han pasado trabajando estos tiempos duros de la pandemia de la COVID-19. Pero lo singular de su experiencia resulta, sin dudas, que ella ha vivido la enfermedad en escenarios distintos; primero, desde su labor como enfermera intensivista dentro de la misión en la República Bolivariana de Venezuela y luego, poco tiempo después de llegar a Cuba, le tocó ser paciente e ir hasta el hospital militar Fermín Valdés Domínguez, de Holguín. Conversamos a través del teléfono y me habló del trato de los doctores, de la mirada buena que te alienta cuando ser enfermera de tantos años de trabajo no alcanza para tener fuerzas, del miedo terrible el día que le anunciaron el positivo de su mamá, la mujer que le dio la vida y camina con ella, como nadie ha podido hacerlo nunca. Me habló de Cuba y de todas las cosas que no le faltaron en el hospital, ni medicinas, ni alimentación, ni confianza. Este país, dijo, hace lo que ningún otro ha hecho por la vida y la esperanza.
La paciente cienfueguera Milena Santos Villegas recuperada de la COVID-19 y reincorporada a su puesto laboral aconseja cumplir las medidas de enfrentamiento a la pandemia y acudir al médico ante cualquier síntoma.
Catorce jóvenes, entre ellos cinco estudiantes de la Universidad de Granma, permanecen en zona roja atendiendo a los pacientes de la sede Peralejo de la Casa de altos estudios, donde se ingresa a los contactos de casos positivos a la Covid-19.
Tiene apenas 20 años de edad, estudia el segundo año de la carrera de medicina en la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) Celia Sánchez Manduley, de la ciudad de Manzanillo, en la oriental provincia cubana de Granma, y “un mundo de ilusiones y metas por cumplir que dependen de la voluntad y el interés con el cual las asuma para ser mejor y crecer como persona.”
