Como se conoce, esta vergüenza de la radiodifusión, desde que fue fundada y hasta nuestros días, integra el tren de la infamia, la mentira, la tergiversación, las verdades a medias, y hasta las groserías más ofensivas; y lo más curioso: con total y absoluta impunidad ante sus amos imperiales que, por supuesto, la engendraron. ¿Dónde radica? En Miami, ciudad que ostenta el triste papel de ser sede de mafias, terroristas, torturadores y toda laya de delincuentes a sueldo, con excepción, por supuesto, de personas honestas que viven en esa urbe. Obviamente, hasta aquí no he mencionado nada nuevo para una gran parte del mundo, pero quizá, eso sí, para los más jóvenes será de utilidad conocer una pequeña muestra de sus mensajes venenosos. Vea atentamente.