Para Luis Carbonell

Y más allá las olas del Mar Caribe la acarician para propagarla por todos los confines del mundo donde la lengua española halla aliento e inspiración.

Porque Luis Carbonell será siempre Voz y memoria de Las Antillas.

Al revisar las distintas conversaciones con el Maestro, en el acogedor y sencillo apartamento del Vedado, con el fabuloso piano, — por donde desfilaron tantas personalidades del arte musical  — , como testigo, retomo algunos fragmentos.

 ¿Maestro este nombre de Luis Carbonell es artístico, verdad?

<<No, mi nombre real es Luis Mariano  Carbonell,  me quitaron el Mariano cuando debuté en CMQ.  Pero me dijeron que era un poco largo y entonces me dejaron Luis Carbonell, que además yo llevo con mucho orgullo porque es el nombre de mi padre>>

Hábleme de sus inicios en las variadas manifestaciones del arte, donde tiene una participación desde muy joven.

<<Siempre me gustó la música, yo empecé estudiando violín, pero luego me incliné hacia el piano, tuve una maestra muy buena, catalana, Josefina Farret y me inicié en la radio, bueno, el año exactamente, debe ser el 1937 o 1938 mas bien. Y en la CMKC en Santiago de Cuba, en el año 1944, ya yo empecé entonces a dirigir, a confeccionar programas. Así empecé en Santiago de Cuba, en la radio acompañando a muchos artistas. Tenía muchos cantantes, entre ellos dos hermanos mayores de Pacho Alonso. Un día quisieron que yo escuchara al hermano más chiquito>>

¿Y después de escucharlo?

<< Y yo dije, chico tienes buena voz porqué no cantas. Él era muy tímido, muy tímido, y empezó a cantar >>

Recuerda el tema que le canta esa primera vez.

<< Después de muchos años me dijo que era Lástima de ti, un bolero que estaba de moda. Estuvo un año conmigo montando repertorio, aprendiéndose los tonos de las canciones, los autores. Cuando me fui para Nueva York en el año 1946 y volví a fines del 48, me encontré a Pacho ya con su grupito, él había seguido pero en realidad se inició en la CMKC en el año 1945.  Pacho Alonso fue uno de los mejores boleristas de Cuba>>

Maestro usted se ha destacado como violinista, pianista, profesor de inglés, educador por excelencia, sin embargo encuentra su yo espiritual en la expresión oral que lo consagra durante más de sesenta y cinco años. ¿Cómo lo aprecia?

<< Tuve la oportunidad de trabajar con Rita Montaner en Santiago de Cuba, y ella misma me alentó mucho porque el público parece que me acogió muy bien. Tenía un amigo que llegaba de Nueva York en el año 1946, me embulló. Y allí en Nueva York yo volví a encontrarme  a Esther Borja, que yo la había conocido en Santiago de Cuba, también. Para mí, mi hada madrina, para mí es el ser más querido, más prodigioso que yo he tenido porque aparte de que me alentó mucho en Nueva York, me presentó a muchas personas.

<< Me presentó a Lecuona.  A través de Lecuona yo conocí a Diosa Costelo. En aquel momento, año 47 y 48, Diosa Costelo era la artista puertorriqueña más famosa de los Estados Unidos. Me invitó a trabajar en el Teatro Hispano. Tuve mucho, honestamente y desapasionadamente, un éxito muy grande. Me presentó en la NBC en un programa de poesía. Asistía Eusebia Cosme, que en aquel momento era la única declamadora famosa. La primera figura internacional de la poesía negra.>>

A su regreso a Cuba a finales  de 1948 y con no pocos obstáculos, logra imponer su maestría. ¿Cómo lo hace?

<< Esther Borja me llevó a un homenaje que se le hacía a René Cabel en el Auditórium. José Antonio Alonso fue un personaje muy difícil, muy complejo, pero muy importante en la historia de la radio. Él me aceptó en ese programa de René Cabel. Recuerdo que ese día, yo mismo me presenté:

Del poeta cubano Félix B Caignet una estampa titulada Que muera el son.

¿Y qué sucedió?

<< Y en realidad en aquel público que había aplaudido un número de cada uno de los artistas, a mí me aplaudieron cuatro  números a la una de la mañana>>

Y ahí comienza su carrera de triunfos, hasta nuestros días.

<< Debuté en diciembre de 1948 en el Warner, me hice la figura de moda>>

Ese día declama de Enrique Martínez La Carta Negra. Hábleme de esa presentación.

<<En aquel momento estaba Biondi, el de la famosa pareja de Dick y Biondi y yo no sabía que estaba en el teatro viéndome. Me dijo << usted no es el joven que recitó en el homenaje de René Cabel…>>  Yo le dije: sí. <<Usted no se dio cuenta de lo que usted  hizo>>. Y, dije sí << Usted ¿Dónde ha recitado aquí, — porque yo no había hecho nada todavía,–  pero donde usted se presenta, donde ha  actuado.>> Entonces le expliqué: No, mire es que cada vez que digo que recito hay rechazo.  Entonces él me dice a mí: <<pero usted no recita.>> Yo me sorprendí, y le digo: no recito, entonces, ¿qué hago? <<Bueno mire, le voy a explicar: yo  lo vi a usted, me sorprendió mucho, porque en primer lugar usted mueve las manos, como yo no había visto moverlas todavía recitando,  usted dibuja lo que usted  está diciendo, usted todo lo grafica, usted dibuja, crea el ambiente… Usted no diga que usted recita, usted no es recitador, usted es un poco más que recitador y un poco menos que actor, usted actúa lo que está haciendo, así es como un pincel, como una acuarela.>>

Su poesía es más que negra y más que mestiza. Debuta en la radio con éxito. Se presenta en teatros en Cuba y en el exterior y es aplaudido. Pero su consagración se produce en enero de 1949, cuando hace su aparición en el cine-teatro Warner de la CMQ-Radio. Allí nace para su país y el mundo, con el nombre que utiliza el locutor del programa en el Teatro Warner:

El Acuarelista de la Poesía Antillana.

Pocos días después se inaugura un programa radial que logra acaparar la atención del pueblo, por el Circuito CMQ, ya con sus estudios en la Rampa Habanera. Y son dos figuras estelares de la emisora Eusebio Valls y Xiomara Fernández, quiénes anuncian su presencia en el estelar programa De Fiesta con Bacardí.

Así comienza en uno de los programas de radio más importantes del país, donde siempre se presentan personalidades prominentes cubanas y extranjeras. Así son sus palabras, en aquel debut:

<< Muchísimas gracias, y como todos los artistas yo también quiero expresar la gran satisfacción por encontrarme ante los micrófonos de la CMQ… Era una de mis más caras aspiraciones, y quiero si me lo permiten estar aquí un  ratico con  ustedes… Del poeta cubano, José Miguel Gotardi, una estampa intitulada, Me priva la sociedad>>.

<<Estuve 8 años en este programa, que dirigía José Antonio Alonso. Los Panchos debutaron en el programa ahí >>

En realidad, permanece en el programa De fiesta con  Bacardí, que dirige José Antonio Alonso, mientras el espacio está en el aire, o sea, desde 1949 hasta 1956.

Su vocación y refinado talento lo llevan a decir de forma inigualable la obra de los más renombrados poetas, en especial aquellos que cultivan la poesía afroantillana.

<< He estudiado toda la poesía de este género, toda la conozco desde los autores españoles del siglo pasado y desde Góngora que hizo ya poesía negra, o sea, conozco los antecedentes, y Lope de Vega también, pero hay grandes autores. Para Cuba, la figura cimera lógicamente es Nicolás Guillén. Y entre las obras de mi repertorio, no puede faltar de Guillén, Canción de cuna para despertar un negrito.

En los poemas, por ejemplo,  que yo digo con música nunca lo digo solo, porque ya no me  resultan, tiene que ser así, lo concebì para ser dicho con música, y así yo cree el famoso poema de Emilio Ballagas, que el autor me dijo, me consideró que era un logro, una genialidad, una creación, para unir la canción de cuna Para Dormir a un Negrito, con  otra canción de cuna de Facundo Rivero, Lacho>>

Maestro, ¿Y cual usted considera que es su obra mayor en tanto se logra un vínculo de excelencia del poema con la música?

<<Para mí el poema más grande o uno de los más grandes poemas de la poesía antillana, y toda la poesía negra, uno de los más grandes, es La Rumba de José Zacarías Tallet y tuve el orgullo enorme de que él me dijera que esa era la verdadera interpretación de La Rumba>>.

Pero, cuando usted debuta en la CMQ se pone de moda la estampa del poema. ¿Cómo la define?

<<Las estampas fueron las cosas populares, cosas en forma de sketches de la vida cotidiana. Félix B. Caignet fue el que empezó con Cóctel del son, Soy bongosero, Que muera el son, Me voy de flirt…>>

Entre otros autores que se incorporan a esta modalidad, ¿a quiénes destacaría?

<<Álvaro de Villa era en el momento que yo llegué a La Habana, era un escritor importantísimo humorístico. Me hizo la estampa que en aquel momento fue el furor, Mi Habana>>.

¿Cuál es la mayor complejidad del arte de la declamación?

<< Es que el arte de declamación no es tan fácil, por eso no hay muchos, por suerte para mí. Pero, como el cantante, hay que prepararse. Yo cuando voy a recitar tengo que hacer primero ejercicios de respiración, ejercicios de  diafragma para aclararme la voz, aclararme el fraseo. Parece mentira Josefa, pero es así>>

Maestro, y Jorge González Allué, además de prolífero autor musical, también le escribe una estampa que lo acompaña durante muchos años.

Y ese día me dice del gran autor y amigo camagüeyano, la preciosa estampa, Los 15 de Florita. Y también me habla de una estampa también de las más solicitadas, de su amigo Enrique Núñez Rodríguez que se titula Yo conozco a la Fornés.  Por cierto, que el maestro, la acompaña con un beso y su verbo inigualable, para obsequiarla a Rosita en su cumpleaños ochenta.

Entre las obras extranjeras, Esa negra Fuló, del autor brasileño Jorge de Lima, — con traducción del portugués al español del gran poeta cubano Emilio Ballagas, —  es tal vez una de las mas exitosas, en la ya brillante carrera de éxito total del maestro. Pero Luis Carbonell también asume otras del ámbito internacional,  ¿Cuál resaltaría entre las más solicitadas?

<< ¿Y tú abuela donde está? del puertorriqueño Fortunato de Viscarondo. >>

Único en su genero, con una declamación de estilo muy personal, une a su formación musical y pedagógica su capacidad para incursionar en el teatro con la dramatización de cuentos literarios, entre ellos el de Lidia Cabrera, ¿Por qué cundió brujería mala?.

 

Y ahora quiero que pasemos a la música, donde acumula una buena historia.

 

<<Hice el disco aquel de Esther Borja, mi queridísima Esther, que todavía no se ha repetido en el que ella canta dos, tres y a cuatro voces canciones cubanas. Me llevó mucho tiempo pero  es una satisfacción muy grande para mí y para Esther >>

 

Ese disco tiene una reedición digital, que se hace en Cuba en el año 2003, con motivo del aniversario 90 de esa personalidad apasionante de la cultura cubana, Esther Borja.

 

Así lo sintetiza María Elena Mendiola, especialista de la     Empresa de grabaciones musicales de Cuba, quien prologa la obra.

 

<< Este disco revolucionó por muchas razones la discografía y la cultura cubana. Cuando se escucha y se disfruta atentamente este disco…Es increíble la perfección, el timbre de la voz es un clásico, la belleza de ese timbre es un clásico de nuestra cultura>>.

 

En ese antológico disco, que usted además de producir, ejecuta el piano, existe un antecedente.

 

<< En España hicimos la grabación de Rapsodia  de Cuba que a mí me encanta y al decir de Cristóbal Díaz Ayala en su libro sobre la música cubana, en el momento que lo publicó que fue en los ochenta, que hasta ese momento era el mejor disco que se había grabado en música cubana, por la selección del repertorio, por la calidad de la voz de Esther, por los arreglos de Mulens… que fue aquel disco de Rapsodia de Cuba>>.

 

Juglar antillano preocupado por una obra mejor. Este Luis Carbonell llega al segundo milenio con la fuerza de los grandes para decir con el ejemplo de su vida.

 

<<Cuando ya me falle la voz o me falle el intelecto o me falle la memoria o me equivoque, entonces ya si no lo voy a hacer más. Pero todo artista mientras deba hacer algo, es un deber, porque es un legado que uno deja para los que vienen detrás, sepan como uno fue, lo que se hizo, en la época en que se hizo el arte, en fin todo eso es muy importante. Así que yo me retiraré cuando ya no pueda hacer eso>>

 

Y llega el día del retiro,  después de haber cumplido con el precepto de su vida. ¿Qué nos deja? La mayor herencia: su ejemplo de artista sensible, humilde, total. El que siempre acude para ayudar, y compartir los conocimientos, con el deseo ferviente de trasladar sus valores, que están dados por esa insatisfacción del creador que busca la perfección en su obra.

 

Y hoy recuerdo lo que nos dijo, el Maestro, aquel día cuando se presenta el disco de Esther a voces, sin lugar a dudas, una obra maestra que trasciende para todos los tiempos. Y en esa reunión íntima, entre amigos, en el Teatro Nacional, Luis nos dijo:

<< Yo siempre he dicho y lo digo aquí  públicamente, lo único que no me gusta del disco es mi piano, no está a la altura de lo que yo soñé. Pero bueno el disco es así, se gestó así y se logró así gracias al talento de Esther, al talento de Medardo Montero y a mí atrevimiento>>.

Pero las generaciones que tenemos el inmenso honor de vivir su época, de conocer su amor a la vida y su optimismo, de alcanzar una gota del rocío del amor que prodiga, repetiremos a los que llegan, con la voz del poeta también santiaguero, Cos Causse: 

          Cuentan los caracoles que le robaste su lamento,

          Su lamento de ola a la deriva y de espuma prisionera.          

          Cuenta la palma, la palma màs alta, que en su penacho

          una paloma mensajera le dejó un poema con tu voz azul.

          Cuenta el flamboyàn que te llevaste las últimas flores;

          llora la yagruma porque la poesía le recuerda la lluvia.        

          Cuenta el sinsonte, que en la espesura, el río y el arroyo,

          la guásima y la ceiba y hasta el cañaveral, esperan por ti.

         Juglar del Caribe. Rey sin más trono que la palabra,

         la palabra que el hombre construyó para levantar la vida.

Nos dijiste hasta luego amigo, nosotros en algún momento nos veremos. Pero la razón de la vida, la grandeza de la obra perdurará eternamente.

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