Imagen y sonido para el tic tac noticioso de Radio Reloj

Johan Madrigal, estudiante de tercer año de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual, de la Universidad de las Artes de La Habana (ISA), conjugó su perseverancia e inquietud creativa para concebir este homenaje «a la exclusividad de la emisora y a su labor cotidiana desde la visión de los más jóvenes», empeño oxigenado por su plantel y la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

Acompañado por Ariam Valdés en la edición, Emilio Polo en el sonido y Roger Carballosa en la fotografía, Johan reverencia los códigos del audiovisual sin quebrar el encanto de Radio Reloj, que nace en cada minuto redactado en 960 caracteres y luego se multiplica con la calidez y la precisión de un timbre que colorean tantas y tantas gargantas.

documenta-relojPara este realizador, oriundo de la provincia de Sancti Spíritus y conectado al medio de comunicación por su labor como locutor, explorar y captar en el lente la trayectoria, las virtudes, las dificultades y los actuales desafíos de la estación radial no ha sido un hecho aislado ni casual, pues parte –como apuntó en la presentación la profesora del ISA Heidi Grau- de su interés por la memoria de la Revolución Cubana, expresión del sentido de pertenencia de las nuevas generaciones con la historia del país.

Si Radio Reloj para, no somos nadie… es como el corazón, es la vida, aseguró uno de los oyentes entrevistados en el documental. Y dicho/escuchado así, el mensaje se agradece y lleva hasta lo sublime el compromiso de Radio Reloj, una emisora que al decir del profesor y cronista Alberto Ajón «es la más preparada para asumir el reto del futuro por su estilo capsular, breve y conciso, pero que debe ponerle a su periodismo más narración, descripción y emoción».

directora-reloj-documentalDurante los 13 minutos de la muestra, el también presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en su Facultad, expone la motivación para hurgar en un tema neurálgico: la inmediatez de Radio Reloj en el reflejo del acontecer nacional y extranjero. Asunto de disímiles aristas para el análisis y la solución, que se extienden desde la audacia del colectivo y sus dotes profesionales, hasta su capacidad para doblegar las barreras comunicativas impuestas por las fuentes de información.

Más allá de algún desliz en la factura técnico-artística, natural y comprensible ante la impronta en ciernes de un benjamín del lenguaje audiovisual, con «Es verdad… lo está diciendo Radio Reloj» Johan Madrigal regala a la radiodifusión cubana un valioso compendio en sonido e imagen de uno de sus pilares en el dial, admirable escuela de periodistas y locutores, vanguardia nacional por espacio de 25 años consecutivos, compañía infaltable de millones de cubanas y cubanos.

El aplauso, por tanto, a este tenaz y talentoso muchacho de la tierra de El Yayabo, agradable confirmación de que Radio Reloj en el rumbo de sus siete décadas sigue ahí, viva, cabalgando en la modernidad, como una señal que no se conformará nunca con danzar en sus transmisiones lejos del público joven.

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