Antonio Lloga: un radialista inolvidable, un concurso en la memoria  

Cuando vivimos ya el Taller y Concurso Nacional de la Radio Joven Antonio Lloga In Memoriam en su trigésimo cuarta edición, comienzan a ebullir los recuerdos en mi memoria, los de un convite que pretende devolver a la radio, las energías creativas de la juventud, su reafirmación como arte y como fiesta; al tiempo que rinde homenaje a Antonio María Lloga Simón (Amarillas, Matanzas, 3 de noviembre de 1921-Santiago de Cuba, 5 de septiembre de 1977), un mago de la dramaturgia radial.

Aunque la vida no me permitió conocerle, mi cercanía a su familia, el acceso a su poemario Frutos verdes, a alguna papelería  resguardada como reliquia; el testimonio de radialistas que pudieron compartir con él, me han permitido construir su imagen.

Se menciona mucho su novela Cuando el monte ruge, sobre la presencia franco-haitiana en las montañas de Oriente, y como se trasladó a la Gran Piedra, escenario real de su obra ficcional; como consultó con Fernando Boytel Jambú, un experto en la materia, un sabio. Por eso, el investigador, Carlos Lloga Domínguez, uno de sus hijos, habla en estos casos de “la novela etnográfica” y asegura “que su padre se sentiría feliz viendo la formación de estos jóvenes”.

Maricela Carbonell, dama inolvidable de nuestra radio, me contó para un artículo que publicamos en el periódico Sierra Maestra el 16 de septiembre de 1995, que “todo lo que hacía o decía lo enseñaba, era un guía. Cada vez que escribía un personaje, por pequeño que fuese, él lo hacía crecer. Yo actuaba  en el programa humorístico La familia del lío que Lloga crea”.

José Armando Guzmán Cabrales, Premio Nacional de Radio, también desaparecido, me contó que “una vez en que faltaron actores para hacer dos personajes en uno de los programas que escribía, el propio Lloga entró y lo hizo con tal capacidad, que nadie se dio cuenta”.

Antonio Lloga fue el creador del primer noticiero infantil en la radio cubana. De ese hecho se guarda testimonio gráfico y mucha evocación familiar, pues sus propios hijos actuaron como locutores y entrevistadores. El profesor e historiador del arte, Gustavo Lloga me confesó que “el mito Lloga radica en el contacto permanente que él sostenía con la gente” y relata un simpático pasaje de la relación de su padre con su madre, la también actriz Carloly Domínguez: “Su madre es mía, se las presto… pero yo la conocí antes”, nos decía siempre.

“EL LLOGA”

He estado vinculado al Taller y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga in Memoriam de diversas maneras. He sido reportero del evento, he participado en sus debates, me han invitado como conferencista. Recuerdo especialmente las sesiones de 2008, cuando fui seleccionado para la difícil misión de jurado, presidido por la maestra Gladys Goizueta. Fue un alto privilegio.

Aunque el arte no es una carrera de cien metros planos, aunque suma siempre una cuota subjetiva, pude aquilatar en esa ocasión, la calidad de las propuestas, el cuidadoso análisis de los aspectos a tener en cuenta para reconocer a una obra radial y a su autor.

En 2012, los jóvenes Eduardo Ernesto Cedeño Milán y Esperanza Castellanos Cabrejas, me encerraron en un estudio de Radio Siboney y me hicieron contarle parte de mis experiencias vitales y profesionales. Un año durísimo para mí, tras la muerte de mi madre. Ellos me hicieron reír y me hicieron llorar. Al final lograron un milagro con aquellas evocaciones, y el documental De hueso y papel les acreditó el Gran Premio “del Lloga”, tal como la familia radial conoce de cerca a este taller y concurso.

El carismático Salvador Virgilí, presidente del jurado, me hizo subir a la premiación junto con los ganadores. Me lo exigió. Aquella foto en la escalinata del museo Emilio Bacardí que hoy comparte Radiaciones, ha quedado como testimonio hermoso de un trabajo colectivo, de la capacidad de la radio para homenajear, para tocar a los demás a través de una historia de vida.

Son memorias de una cita que pretende respaldar y reconocer el arte radial hecho por jóvenes. Es la radio que un día me acogió, la radio que no descansa.

Autor

  • (Santiago de Cuba, 1968) Licenciado en Periodismo (1991) y Máster en Comunicación Social por la Universidad de Oriente (2004). Recibió la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro (2021) por la obra de la vida. Alcanzó el premio de los concursos nacionales de poesía Hermanos Loynaz (2011) y Regino Pedroso (2014). Premio Latinoamericano de Crónicas (Portal Nodal Cultura, 2016). Entre sus libros: A capa y espada, la aventura de la pantalla (2011), Poemas del lente (2013), La noche más larga. Memorias del huracán Sandy (2014), Ser periodista, ser Quijote (Ediciones La Luz, 2019) y Las pequeñas palabras (2019). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Actualmente es realizador de la emisora Radio Siboney.

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