Tras los recientes embates destructivos del huracán Melissa, pese a las limitaciones de recursos, las provincias orientales en Cuba hoy se levantan y recuperan, convirtiendo el dolor y las pérdidas materiales de muchos, en compromiso colectivo para avanzar unidos.
A través de las provincias de Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Guantánamo y Las Tunas, no hizo más que pasar el potente fenómeno atmosférico de categoría tres, y comenzó un impetuoso movimiento de masas con el emprendimiento de obras, restauración de servicios y reconstrucción de las viviendas dañadas por los vientos e inundaciones.
Aunque al decir de las autoridades de esos territorios falta mucho aún por reconstruir, poco a poco cambia el panorama en comunidades y pueblos, donde sus habitantes, con la ayuda del Gobierno, edifican casas, colocan nuevos techos o reciben avituallamientos.
La situación se alivia si se tiene en cuenta que un decreto gubernamental establece que la población damnificada por el evento hidrometeorológico a la que se le vendan los productos materiales de la construcción, los adquieren con una rebaja del 50 por ciento de sus precios actuales. Ello ratifica el carácter social del Presupuesto del Estado.
Muchas de las tareas incluyen la reconstrucción de instalaciones como escuelas e infraestructura energética, estaciones de bombeo y la recuperación de áreas agrícolas, con la siembra de plantaciones de ciclo corto.
Como dice el dicho “tras la tormenta viene la calma”, sin embargo, no se debe obviar que, gracias a los esfuerzos de organismos como la Defensa Civil, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos, en el territorio oriental no hubo que lamentar la pérdida de ninguna vida humana, en tanto en otros lares del Caribe al paso de Melissa murieron numerosas personas.
Algunas de esas proezas humanitarias quedaron estampadas en reportes de prensa. Primero, en la provincia de Granma resultaron evacuadas más de 16 mil personas que quedaron aisladas debido a las enormes crecidas del Río Cauto, y luego otros 100 residentes de la localidad de los Mangos, en el municipio de Río Cauto, también tuvieron que ser rescatados.
Dichas operaciones de socorro, según el canal televisivo CNC TV Granma, tuvieron que ser realizadas en comunidades anegadas por las lluvias y escurrimientos desde las montañas que desbordaron el Cauto y sus afluentes.
También, fuerzas conjuntas de las provincias de Las Tunas y de Granma, trasladaron personas desde el municipio de Guamo hacia refugios seguros en el municipio tunero de Jobabo.
En tanto, con el empleo de helicópteros, lanchas y otros medios de transporte, pobladores de los municipios granmenses de Grito de Yara, Rio Cauto y Cauto Cristo, fueron auxiliados en sus lugares de origen y luego trasladados a centros de acogida estatal en Las Tunas.
Para alegrar el espíritu y el alma de afectados por el huracán en partes del territorio granmense también en gesto solidario los integrantes del colectivo teatral Pa´lo que sea, conformado por artistas de diversas manifestaciones, han llevado lo mejor de su arte a centros de acogida de evacuados y otros sitios.
Resulta destacable que ese colectivo no solo muestra su bien acogido repertorio escénico, sino que se suma a tareas comunitarias como elaboración de alimentos, recogida de escombros, higienización de espacios y recogida y distribución de donaciones.

Mientras tanto, en la vecina Santiago de Cuba, donde se reportaron daños significativos en viviendas, infraestructuras de salud, cultivos y la red eléctrica, brigadas de varias provincias contribuyen a la recuperación del sistema eléctrico, afectado fuertemente por el huracán Melissa.
Vale destacar que a los trabajos de esos contingentes en la ciudad heroica se unieron especialistas de la hermana Venezuela, lo que demuestra una vez más la solidaridad de Caracas para con Cuba.
En municipios de la provincia de Guantánamo, como San Antonio del Sur (este), en tanto, los damnificados por las lluvias reciben materiales de la construcción para reparar sus viviendas y los labriegos trabajan de forma ardua en la recuperación de sus tierras, con una adecuada fertilización y acondicionamiento del suelo.
El territorio más oriental de la Isla perdió, por causa del impacto del huracán, más de 23 mil 600 hectáreas de cultivos varios, de ellas unas seis mil hectáreas de plátano y cinco mil de yuca, según datos oficiales locales.
Como prueba de la amistad y solidaridad para con este país latinoamericano, gobiernos, organizaciones internacionales, instituciones cubanas y la población hacen llegar a los damnificados donativos diversos.
Numerosos artículos llegaron al país, como ayuda humanitaria procedente de China, las Naciones Unidas e Irán, lo que demuestra que Cuba no está sola.
Como expresara el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, “sobrevivir a ese monstruo (Melissa) es realmente una proeza, solo explicable por la organización, la unidad y la voluntad de todos”.

