¿Qué nos ofrece las “bondades” capitalistas

Así lo demuestran estadísticas verdaderamente tenebrosas que causan pavor y hasta impotencia al percatarnos que nada se resolverá esperando que un día, sorpresivamente, aparezcan nuestros sueños más acariciados de paz y fraternidad humana. ¡Grave error que pone en peligro de caos irreversible a la humanidad!

Unos simples datos demuestran el horror permanente de la desigualdad que promueve el mundo capitalista de hoy: el 45% de la riqueza mundial está en manos del 1% más rico; 47 millones de personas controlan 360 billones de dólares; se estima que para el año 2030 el 1% más rico poseerá casi el 70% de la riqueza global; solo con la gigantesca riqueza de 3 millonarios (Jeff Bezos, Bill Gates y Warren Buffett, dejarían de ser pobres 133 millones de personas y se eliminaría el hambre extrema; en el propio país del ¿sueño? americano se calcula que viven unos 15 millones de niños pobres.

Por tanto, es incuestionable una fórmula directamente proporcional: para que existan ricos cada vez más ricos, tiene que haber, matemáticamente, más pobres y hasta muertos de hambre. ¡Y eso es lo que el gran capital le impone a las naciones!  Naturalmente, tal fórmula no entiende de solidaridad,  es la razón por la que imponen al mundo su modo de vida perverso a sangre y fuego. Todo esto explica la arremetida que el imperio mantiene contra los pueblos que no quieren subordinarse,  los que claman a diario que se les respete y se elimine la gran dependencia del monstruo porque saben el horror de vivir muriendo.

Vea usted un único ejemplo, el de nuestra hermana Bolivia. Era el segundo país más pobre de Latinoamérica antes del honesto gobierno de Evo Morales, y a partir de Evo pasó a ocupar el primer puesto de crecimiento económico; el PIB se cuadruplicó y fue el que más redujo la pobreza extrema y obtuvo otros logros sociales verdaderamente envidiables. Pero tales resultados no se le podían permitir, porque atentaban contra el modo de vida a lo yanqui, y era un gran peligro comunista.

¿Y qué sucedió? Lo conocido de siempre: el clásico golpe de Estado para aplastar hasta la dignidad del pueblo boliviano; retrocedieron de forma alarmante indicadores sociales encomiables; persecución, encarcelamientos y censura. Eso es como castigo por desobedecer al modo de vida perverso del consumismo. Pero también explica lo que sucede con Venezuela, Nicaragua, Cuba, países a los que hay que ahogar antes que siga creciendo el socialismo.

Ahí están los datos y verdades incuestionables. Es entonces que debemos llegar a una conclusión: si el mundo rico continúa su paso arrollador, no le quedará más alternativa que reflexionar, porque está claro que se producirá un inevitable colapso de consecuencias tan terribles que ni siquiera los ricos se salvarán. Y los grandes tanques pensantes y teóricos de pacotilla que les acompañan se preguntarán ¿Y ahora a quienes explotamos? ¿Cómo lograremos edificar nuevamente nuestros símbolos de poder, nuestras bases militares, la democracia sui géneris y el cacareado sueño americano?

Debían interpretar el pensamiento martiano:

Sobre cimientos de cadáveres recientes y de ruinas humeantes, no se levantan edificios de cordialidad y de paz.”.

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