Frank País y Raúl Pujols en el sitial más alto de la Patria

¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado», dijo el líder de la Revolución Fidel Castro Ruz, el 31 de julio de 1957, al conocer la noticia de la muerte de Frank País García, y muchos coinciden quizá en que esa es la frase más cabal que puede definir la admiración que sentía el Comandante por el Jefe de Acción del Movimiento 26 de Julio.

Fue también la expresión retomada por muchos de los que, a unos días de conmemorarse la fecha, recordaron  al organizador del Levantamiento del 30 de noviembre de 1956, y los hechos desgarradores de aquel día fatídico de julio, en el que junto a Raúl Pujols, cayera abaleado  por los sicarios de Batista.

En el Taller los participantes recordaron el día en que el pueblo de Santiago de Cuba, sus mujeres y trabajadores, alzaron banderas cubanas y del 26 de Julio, y entonaron las notas del Himno Nacional, en huelga que se extendió a otras partes de la entonces provincia oriental y el país.

Eugenio Suárez, director de la Oficina de Asuntos Históricos, se refirió al destacado dirigente estudiantil como un símbolo permanente para la juventud y uno de los revolucionarios más integrales, y apuntó al deber de colocarlo en el sitial más alto de la Patria.

Al decir del general de brigada William Gálvez, su compañero de la clandestinidad, y quien realizó un recorrido histórico por los hechos más relevantes de su vida, en Frank tendría hoy “su amada Cuba” a uno de los hombres más capaces.

Una multimedia contentiva de la narración sobre diversos aspectos de su obra, galerías, videos, cronologías, un glosario de términos, juegos, entre otras opciones, fue presentada por Martha Verónica Álvarez, especialista de la Oficina del Historiador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Por otra parte, Teresa Zaldívar, especialista de la Oficina de Asuntos Históricos, hizo referencia a la iconografía que se preparara por dicha institución sobre Frank País, ante la necesidad de “incorporar a los textos otros recursos que ayuden a consolidar el discurso histórico”.

“Para todos nosotros es una figura entrañable”, resumió la luchadora clandestina y del Ejército Rebelde Asela de los Santos, la impronta del muchacho de “jovialidad y pureza desmedida”, al que le arrebataron la vida los esbirros de la dictadura batistiana.

Fuente. Granma

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