Estudios municipales, las radioemisoras del futuro

El 8 de octubre de 1971 se inauguró en la provincia de La Habana, Radio Ariguanabo. A esta emisora se le asignó la gran responsabilidad de divulgar el acontecer de varios municipios: Bauta, Alquízar, Güira de Melena, Quivicán y el territorio sede, San Antonio de los Baños. Para ello desarrolló un fuerte movimiento de «voluntarios de la noticia».

Fue en la provincia de La Habana donde surgió la feliz idea de crear una cabina de transmisiones con fines periodísticos, en el municipio ejemplo en la labor de los corresponsales. De esta forma se inauguró El Estudio 3-Habana 17. El nombre fue dado porque en la emisora Radio Ariguanabo existían dos estudios, y por supuesto el tercero nació en el decimoséptimo municipio de La Habana el 30 de agosto de 1986.

El estudio, un pequeño y remozado local en el municipio de Güira de Melena, fue dotado de un equipamiento imprescindible como consola-mezcladora de control remoto AKT-408; micrófono chino JK-25; radio amplificador JK-25; radio marca Selena, audífonos FDS-26-600, máquina de escribir Robotrón; aire acondicionado, teléfono y algunos amplificadores.

Dos funciones esenciales tenía el estudio: como aglutinador de todos los corresponsales, alrededor del periodista-jefe del estudio, y la de servir de radio-base como tribuna del are comunitario.

De esta forma la emisora provincial de La Habana y la cadena territorial de San Antonio comenzaron a enriquecer la programación, al disponer de mayor cobertura informativa y la posibilidad de trabajar más los distintos géneros, como la entrevista, y la de reportar en directo para cualquier programa.

Esta experiencia se generalizó no sólo a todos los municipios de La Habana que carecían de emisoras de radio, sino en todo el país. La proyección de estos estudios municipales potenciaba el trabajo radial a escala nacional, pero sobre todo sembraba el embrión de las futuras radioemisoras locales en todos los municipios.

Al finalizar el año 2000, la radio cubana a través de estos estudios había prolongado su presencia en los municipios que carecían de una radioemisora. Desde ellos se ha reportado, también para las cadenas nacionales de radio, informaciones sobre actividades de interés público, y sobre todo han correspondido informativamente en momentos de contingencias meteorológicas o eventos de importancia nacional.

Son varios los estudios municipales que adquirieron tal desarrollo, que se ganaron el derecho de tener su propia transmisión. Así surgieron, hasta marzo de 2004, las hoy emisoras municipales Radio Coral, Radio Triple M, Radio Portada, Radio Trinidad, Radio Sonido SM, Radio Ecos de Sagua, todos en los municipios montañosos de Guamá, Tercer Frente y Songo la Maya, de la provincia de Santiago de Cuba; en Niquero, de la provincia Granma; en Trinidad, de Sancti Spíritus; en Sagua de Tánamo, en la provincia de Holguín; y en Cumanayagua, en la centro sureña provincia de Cienfuegos.

También se convirtió en una emisora, con el nombre de Radio Titán, el estudio municipal de Mella, en Santiago de Cuba; y los estudios de Caimanera y Yagüajay, en las emisoras Radio Bahía de la provincia de Guantánamo y Radio Yagüajay de Sancti Spíritus; el de Manatí, de Las Tunas; y los estudios de los municipios Primero de Enero y Chambas en la provincia de Ciego de Ávila, que dieron origen a Radio Amanecer y Radio Chambas.

En todos estos años participé en varios encuentros con los periodistas-jefes de esos estudios, y escuchándolos aprendí mucho. Tuve la certeza que estaba descubriendo otras potencialidades del medio donde tenía una misión protagónica la formación académica, el talento artístico y la sensibilidad para reflejar la realidad del entorno con mensajes que lograran comunicarse con su público, a partir de satisfacer sus expectativas y ejercer a la vez influencia sobre las conciencias.

De estos encuentros tuve la certeza de que los estudios municipales, como antesala de una emisora de radio, ya constituían eslabones fundamentales e imprescindibles si queríamos poseer un sistema de radio coherente con posibilidades de ejercer un influjo real a escala del país.

El primero siempre se recuerda más que otros. Fue en el municipio de Contramaestre, de la provincia de Santiago de Cuba, del 22 al 24 de junio de 1989. La sede, la moderna emisora municipal Radio Grito de Baire, un nombre poco radiofónico para los visitantes extranjeros, pero entrañable y simbólico para nosotros, pues nos recuerda el inicio de la guerra de independencia en ese territorio, el 24 de febrero de 1895.

En este encuentro participaron los representantes de los estudios que había en el país y los directores provinciales de radio. Al final todos fuimos invitados a visitar el municipio de Guamá, ocasión escogida para dejar inaugurado el estudio de radio. En un transporte serrano, con su clásico vaivén, atravesamos el corazón de la montaña. Linda y a la vez inolvidable experiencia. No lo hicieron con ese propósito, pero pensé: ¿Qué manera de ganar mayor claridad y sensibilizarnos aún más con la función cardinal de una radio que llegue hasta los más inhóspitos lugares?

Del 17 al l9 de diciembre de 1996 se realizó otro similar en el municipio de Sagua de Tánamo, en la provincia de Holguín. Este encuentro siempre lo recordaré, y no precisamente por los mosquitos, que engordaron a costa de los compañeros de la radio, aprovechando muy bien los apagones. Además del intercambio de las mejores experiencias, nos llevaron a la montaña. Allí, en los lugares conocidos por Naranjo Agrio y Calabaza de Sagua, pudimos constatar el desarrollo del Plan Turquino. Escuelas, hospitales, correo y otras instalaciones, y sobre todo una población con cultura.

En Calabaza de Sagua también visitamos el museo, otrora Comandancia de Raúl Castro, jefe del Segundo Frente Oriental durante la guerra de liberación. Observamos fotografías y relatos conmovedores que hablaban de los crímenes de la dictadura con el injusto y cruel bombardeo a la población campesina. Todos salimos de allí sensibilizados. Esa población de montaña se merecía, como otras, disponer de un medio propio de difusión, como este que había surcado el espacio con el eco de la Radio Sagüera hacía pocos meses.

Otro encuentro que recuerdo por sus aportes fue el celebrado del 4 al 6 de junio de 1998, en el municipio de Segundo Frente de Santiago de Cuba. Nota impactante fue la exposición que hicieron dos jóvenes de la emisora local sobre la concepción del trabajo radial en el territorio. Lo más sorprendente fue su juventud y la formación académica y profesional. Fueron escogidos para exponer su trabajo en el II encuentro Iberoamericano de Radiodifusores, que se celebró en la Ciudad de La Habana.

 

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