Nuestra arma estratégica frente a amenazas y agresiones: la unidad

“Frente a la mentira, la patraña y el llamado al odio y la violencia del imperio y sus mercenarios, ha brillado la decisión mayoritaria del pueblo cubano y de su presidente Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez de superar escollos, marchar adelante y salvar la Revolución”. Son las primeras palabras del libro “Cuba, un golpe blando fallido”, del Doctor en Ciencias Manuel Hevia Frasquieri, una denuncia en la que definió las revueltas callejeras violentas del verano de 2021 como “una típica operación subversiva dirigida secretamente por la CIA y la comunidad de inteligencia estadounidense, promovida a través de programas subversivos”, en la que -auguró- persistirían con una guerra mediática y propagandística sin precedentes. Y no ha sido menos. Aquella investigación y otras evidencias confirman que el gobierno de los Estados Unidos tiene una responsabilidad directa en los disturbios del 11 y 12 de julio de 2021, con el recrudecimiento del bloqueo en el contexto de la COVID-19 y porque desde su territorio se incitó y financió abiertamente a individuos y grupos a que cometieran violaciones de la ley. Ello incluyó acciones de violencia, robo, asalto, agresión, además que se ejecutó desde allí, durante semanas previas, una campaña de desinformación y calumnias por las redes digitales. El experimentado analista denunció oportunamente que lo ocurrido entonces formaba parte de una estrategia dirigida al denominado “cambio de régimen”, que mantiene vigencia en sus enfoques, objetivos y tareas en el terreno, en correspondencia con más de 400 programas millonarios ejecutados contra Cuba desde el año 2008, dentro y fuera del país. Acorde con sus pronósticos, Washington apela a la mentira y el cinismo para incluir a Cuba en cuanta lista la desacredite, aísle y le permita justificar descaradamente su política de cerco y asfixia para procurar un estallido social lo antes posible. Al tiempo que las …

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Santiago de Cuba, sede del acto central por el 26 de Julio

El Buró Político del Comité Central del Partido Comunista acordó otorgar la sede del Acto por el aniversario 70 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el próximo 26 de julio, a la provincia de Santiago de Cuba. Como expresara el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, en una visita reciente al territorio: Santiago de Cuba no solo merece ser sede del acto por su historia, sino también por sus resultados. En el análisis realizado, la dirección del Partido fundamentó la decisión en los avances de la provincia en los ámbitos políticos, económicos y sociales. A la par, el pueblo santiaguero ha participado activamente en los procesos políticos desarrollados, y ha demostrado el respaldo popular a la Revolución en el cumplimiento de tareas de gran importancia para la nación. La provincia presenta resultados favorables en el Programa de Autoabastecimiento Territorial; cumple con los planes de siembra de cultivos varios y mantiene estabilidad en su distribución. Se destaca en la contratación de productos de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, sobrecumple el plan de circulación mercantil minorista y muestra indicadores positivos en el uso racional de la energía. Refleja estimulantes logros en programas de amplio alcance social relacionados con la educación, la salud, la cultura y el deporte, así como en la transformación digital y en los servicios y trámites a la población mediante el gobierno electrónico. El Buró Político decidió otorgar además la condición de destacadas a las provincias de Cienfuegos y Sancti Spíritus, por su estabilidad y avance en las principales tareas. Asimismo, reconoció los resultados en este período de las provincias de Ciego de Ávila y Matanzas. El buen desempeño de estos territorios no significa, en modo alguno, que en ellos no existan problemas, …

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La guardia revolucionaria no se descuidará jamás

En la Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada 62 años después de la Victoria de Playa Girón, nuestro Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez,  denunció que «el poderoso vecino sigue siendo generoso con los “prestados” para destruir la Revolución, y cada año destina decenas de millones de dólares a quienes se ofrecen a subvertir el orden interno en Cuba, ya sea de modo personal o vía internet». Ni un solo día de estos últimos años hemos dejado de sentir los golpes de esa guerra no declarada contra la economía y la sociedad, contra la vida cotidiana y los sueños de progreso de la nación, refería Díaz-Canel. Washington confía en la crueldad del bloqueo, en sus campañas de odio, en su arsenal de mentiras, en el empleo de las redes sociales digitales como arma de exterminio masivo contra los valores, ideales y principios revolucionarios; en la ignominia de incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo para estrangular a la sociedad cubana y a su gobierno, al que trata de aislar y descalificar con su falaz campaña de «Estado fallido». El mismo imperio que nos negó el oxígeno para salvar vidas durante la COVID-19, y que promovió las revueltas callejeras violentas del verano de 2021, junto a la misma mafia terrorista a la que ha pagado durante más de seis décadas, se propone ahora fabricar un mundo irreal y largamente ansiado, mediante noticias falsas, la tergiversación, la manipulación y la agresión permanente con supuestos hechos o situaciones en el espacio virtual, para denigrar de los pilares y conquistas revolucionarias, entre ellas la seguridad ciudadana y el orden interior, así como contra quienes la defienden. Decenas de mentiras diarias o magnificación de …

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Che indispensable

«Si queremos expresar cómo queremos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡queremos que sean como el Che!». De solo leerla, todavía emociona esta apasionada reflexión del Comandante en Jefe Fidel Castro en la velada solemne en memoria del comandante Ernesto Che Guevara, en la Plaza de la Revolución, el 18 de octubre de 1967. La presencia del legado humanista del Che constituye un basamento ideológico imprescindible que, como cubanos, llevamos siempre, pero sobre todo como el poderoso valladar de los principios. Cuando trovadores del rango de Silvio Rodríguez, Vicente Feliú y Gerardo Alfonso aluden en sus canciones a los valores y virtudes del Guerrillero Heroico, es porque refrendan la presencia del ser humano cuyos paradigmas los encontramos en niveles superiores de la moral, que exigen una integridad a toda prueba. En Hombre, Silvio lo honra porque «tu sombra brilla hoy en la pelea mayor de la conciencia y las razones»; Vicente, en Che:30, le da la bienvenida de parte de «quienes nunca creeremos en tu muerte», y Gerardo con Son los sueños todavía, le reconoce que «tu espíritu es humilde y reencarnas en los pobres y en sus vidas». La literatura recopilada en torno a él nos pone frente a un revolucionario excepcional, con plena vigencia. El fraile brasileño Frei Betto le pide al Che que nos ayude a ser motivados por grandes sentimientos de amor; el escritor jamaicano Keith Ellis asegura que «Guevara continúa siendo indispensable»; el escritor portugués José Saramago, premio Nobel de Literatura, dijo que Che Guevara es solo el otro nombre de lo que hay de más justo y digno en el espíritu humano. Mientras exista la injusticia y la desigualdad entre los pueblos, acudiremos al decoro, a la nobleza y al altruismo que, como parte del patrimonio ecuménico, …

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Cuba, el empujón colectivo

Me gusta escuchar a Barnet cuando habla de empujar un país. Siempre lo tomo por el lado bueno de la frase, e imagino ese empujón llevándonos hacia adelante o dando el impulso suficiente para el arranque imprescindible. Por: Miguel Cruz Suárez Recuerdo aquel auto Lada que alguna vez me quiso dejar tirado en plena vía. Entonces manos amigas siempre venían a sumar fuerzas para que el cacharrito recobrara las suyas y siguiera en la pelea. Sin embargo, también hay quienes empujan hacia la cuneta, o parafraseando a Silvio, hacia el borde del camino, donde ahora hay más sillas que nunca, invitándonos a parar. Entonces no se agradece tanto el empujón porque, una vez allí, detenida la marcha, cualquier cosa le puede pasar al país, menos progresar. Igual no nos resuelve el problema que sean pocas las manos que empujen, porque una nación como la nuestra pesa bastante. Va cargada de muchos problemas, carencias, malos deseos de quienes nos odian, planes aviesos y lastres propios. Hace falta mucha empatía, mucha gente empujando, sin olvidar que en sentido contrario también otros intentan el empujón que nos haga retroceder o evitar el movimiento. Son manos ajenas o propias que no conciben un país en marcha. Si queremos esa prosperidad que tanto necesitamos, no se lo podemos dejar todo a la inercia o a la suerte del viento; no podemos mirar desde lejos el esfuerzo de aquellos que van empujando, hay que unirse al grupo y sumar cada quien la cuota de energía que nos toca. No es posible olvidar que, una vez alcanzado el impulso, la mayoría querrá subir al carro y hacer el viaje. Ahora no es momento de frenos y desmayos. O empujamos el país entre todos y lo sacamos adelante, o vendrán otros a remolcar esta isla hacia un patio …

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