Los nexos amistosos entre Cuba y China se fortalecen, lo cual se evidencia en las visitas de alto nivel de delegaciones de los dos Estados, en los intercambios de especialistas en diversas esferas y en el interés mutuo de fomentar la cooperación económica, comercial y las inversiones.
No es ocioso recordar que como parte de la reciprocidad solidaria con el pueblo chino, Cuba contribuye a mejorar la salud de las personas en ese país mediante la presencia de cooperantes médicos de la Isla, nación que acogió desde el siglo XIX a inmigrantes del territorio asiático y cuyos descendientes contribuyen hoy al progreso cubano en campos como la creación artístico- literaria, las ciencias y diferentes ramas de la economía.
También, como recoge la historia patria, ciudadanos de origen chino participaron con creces en las guerras por la independencia de Cuba.
Representantes del estado caribeño han expresado con sano orgullo, por otra parte, que Cuba fue el primer país de América Latina y el Caribe en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China, nación con una cultura milenaria y gran desarrollo económico y social, bajo la guía del Partido Comunista.
Y precisamente como muestra de esos estrechos vínculos, una delegación cubana, encabezada por el presidente, Miguel Díaz Canel, participó en días recientes, al igual que otros dignatarios de naciones, en las conmemoraciones por el 80 aniversario de la Victoria de la guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la agresión japonesa y la Guerra Antifascista Mundial.
El triunfo fue logrado en septiembre de 1945 por el pueblo de ese estado al precio de enormes sacrificios en defensa de la paz mundial y la salvación de la civilización humana.
Al calor de ese contexto de recordaciones y cuando La Habana y Beijing celebran este año el 65 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas, durante un encuentro con su homólogo, Díaz-Canel, el mandatario del gigante asiático, Xi Jing Ping, llamó a elevar los lazos chino-cubanos “a mayores alturas, en el mayor beneficio de ambos pueblos”.
Tales vínculos se fortalecen, sin dudas, con el anuncio de la firma de 11 acuerdos de cooperación, en el marco de la visita del Jefe de Estado de la nación caribeña al gigante asiático.
Declaraciones oficiales apuntan que los documentos suscritos incluyen temas relacionados con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, las consultas políticas, la cooperación política, los intercambios culturales y la Iniciativa para la Seguridad Global.
Figuran además convenios vinculados a la cooperación agrícola, territorial, Inteligencia Artificial, medicina tradicional china, infraestructura y otros relacionados con la prensa, el cine y la televisión.
Tras rubricarse, esos pactos abren, sin dudas, nuevas posibilidades de progreso mutuo, y a la vez devienen espaldarazo a los esfuerzos del Partido y el Gobierno de Cuba de avanzar en el ámbito productivo y científico, en medio de un recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de 60 años.
Vale decir que las autoridades chinas han condenado ese injusto y repudiado cerco y exhortado a su levantamiento por el gobierno de Estados Unidos, con el argumento de que las sanciones son inaceptables ya que provocan un inhumano sufrimiento al pueblo cubano.
De igual manera, La Habana ha manifestado su pleno respaldo a la Iniciativa de Gobernanza Global, propuesta por el mandatario Xi en la reciente Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, mecanismo que, en medio de un mundo con tendencia multipolar, requiere ajustes y transformaciones en las instituciones y organismos decisores en el planeta.
La propuesta china, que se une a otras, como la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa para la Civilización Global, propugna además avanzar de forma conjunta hacia una comunidad de destino compartido para la humanidad.
De esa forma, Cuba y China, junto a la comunidad mundial progresista, avanzan unidos con el compartimiento de puntos de vista y posiciones comunes en la arena internacional, en defensa de un orden internacional más justo y equitativo, de la paz y la justicia social y el respeto a la soberanía de los territorios.
Como expresara el propio gobernante Díaz-Canel ante su interlocutor Xi al referirse a los nexos chino-cubanos: “Y hay que decir —enfatizó— que estas relaciones son, como usted planteó en una ocasión, de hierro. Son indestructibles”.