Una loba y su comparsa

Alrededor de tales planes lamen, como bestias hambrientas, pobres seres que niegan hasta su condición humana si de lograr un poco de billetes verdes se trata.

Es el caso, por ejemplo, de Rosa María Payá, hija del connotado contrarrevolucionario Oswaldo Payá, quien falleció en Cuba a consecuencia de un accidente automovilístico, y del que inmediatamente culparon a las autoridades cubanas de su muerte.

Resulta que ahora la Payá toma la bandera de su padre para vivir a costa de ella. Muy agraciada, viaja constantemente por el mundo, se aloja en lujosos hoteles y vive placenteramente al lado de figuras que igual buscan destruir todo lo bueno que ha logrado la Revolución Cubana.

Hay una diferencia entre ellos, eso sí, porque son más poderosos, y en cuanto no les sea útil terminarán arrojándola al vertedero.

Ahora la nueva estrella disidente y sus compinches se dedicaron a crear una nueva comparsa en la recién concluida Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.

El objetivo era más que claro: atacar a países hermanos de nuestra América y, naturalmente, con particular saña contra Cuba y su Revolución.

Cuál fue el escenario escogido? Guatemala, uno de los países más pobres de Latinoamérica. Todo el show en que actúa como protagonista la «dama» de marras contó con el apoyo de organizaciones «muy serias» como la NED y Juventud LAC, dedicadas a propalar infamias contra todo lo que resulte incómodo al emperador yanqui y sus secuaces.

Ya se conoce, obviamente, que una de las tareas a cumplir en el objetivo general es desprestigiar a nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el mismo que recientemente ha recibido las mayores muestras de apoyo y simpatía en sus visitas a varios países. 

La Payá debía sentir vergüenza y preguntarse por qué cuando alguna figura cubana de alto nivel viaja a algún país se recibe con enorme alegría; mientras, cuando la visita la hace un presidente norteamericano, este es abucheado con gritos y pancartas del pueblo que lo rechaza.

En el colmo de la desfachatez esta llamada Cumbre Iberoamericana -que debía llamarse Cumbre de Lobos- exige nada más y nada menos, que se celebre en Cuba un plebiscito para desmontar el proyecto de reformas a nuestra Constitución.

Hasta cierto momento de mi existencia llegué a pensar que el cinismo y la maldad tenían un límite. Error. No lo hay para toda esta gente.

Al parecer tanto Rosa María como los acólitos que la apoyan no leen, no se instruyen, no investigan y, como consecuencia, desconocen que en la mayor de las Antillas acaba de concluir la fase de consulta popular donde todo un pueblo ha opinado sugiriendo, variando, añadiendo, y hasta derogando algún aspecto del proyecto con el que no ha estado de acuerdo.

Entonces, «ilustre señorita», no insista en hacer el ridículo; intente de algún modo hacer algo bueno en su vida y no dedicarse a tanta afrenta a la dignidad de la tierra donde usted misma nació.

Al efecto me permito recomendarle que se dedique a recorrer nuestro subcontinente. Vea cuánta pobreza extrema existe, cómo se violentan los más elementales derechos humanos del sufrido pueblo y, si experimenta pena por tanto dolor, entonces sentirá como un aire renovador que alivia en parte sus oscuros sentimientos. Aunque no le apoyen con muchos dólares no importa, persista en el empeño y sálvese, si tiene tiempo, de la ignominia que la corroe.

En cierta ocasión nuestro maestro José Martí dijo: “La honra puede ser mancillada. La justicia puede ser vendida. Todo puede ser desgarrado. Pero la noción del bien flota sobre todo, y no naufraga jamás”. Note usted que he dicho nuestro Maestro, porque él lo fue para todos.

La diferencia está en que usted lo aborrece con sus acciones, y yo lo amo profundamente, como un verdadero cubano digno.

       

 

 

Autor