Cuando los ciberterroristas nos acusan de terroristas
Estados Unidos ni siquiera cuida las formas. Hace unos días pusieron a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo alegando circunstancias inverosímiles, y después anuncian que vence el plazo de una licitación del Departamento de Estado para que empresas privadas e instituciones académicas norteamericanas presenten proyectos para la Internet destinados al derrocamiento del gobierno de la Isla.
El premio es de 445 000 dólares y el objetivo, crear cursos de educación a distancia en tecnología informática, no para beneficiar a la población cubana, sino para entrenar a ciudadanos que luego puedan sostener un servicio de enlace a la red Internet a la carta -sólo para “disidentes”, blogueros y tuiteros de Washington- o convertirse en hackers de la red nacional.