El movimiento virtual Web 2.0, se encuentra en el clímax de sus potencialidades al exponer la capacidad de Internet para movilizar individualidades y grupos. Las nuevas aplicaciones del modelo permiten al usuario en ser creador y consumidor de contenidos virtuales.
De la noche la mañana el perceptor se ha convertido en emisor según sus propias y particulares necesidades e integrarse en comunidades que comparten sueños, gustos, sentimientos y experiencias sin depender de fronteras espaciales o temporales.
La Web 2.0 genera un contexto óptimo para la producción y consumo de conocimiento socialmente distribuido, pero a la vez para un usufructo personal, desde los intereses particulares.