La creación y la iniciativa de gestión de cada individualidad se imponen en la Web como una filosofía de sociedades permitiendo que el Internet se desarrolle como medio de comunicación sin importar las limitaciones del ancho de banda tan singular en Cuba. Así estamos asistiendo a un momento cumbre de la Web 2.0 a través de un progresivo y cada vez más importante proceso de creación y difusión de contenidos audiovisuales en la red.
La radio de finales de siglo veinte y principio del XXI no puede estar ajena a las nuevas tecnologías y desde el punto de vista de los contenidos audiovisuales mucho menos. En la Web también debemos asumir el concepto de género porque es muy útil para orientarnos en la abundante producción mediática con garantías de descripción y clasificación general de los textos.
Si el término género viene a designar cualquier categoría distintiva que presente identidad y formato propio, la radio no puede rezagarse para mantener su identificación. La identidad se refiere al propósito: información, programas de entretenimiento u otras variantes secundarias, mientras el formato hace alusión a la extensión, ritmo, estructura y lenguaje. Los géneros de la radio por Internet constituyen, como en cualquier otro medio de comunicación un mecanismo de clasificación de las relaciones entre el receptor y el contenido, que cumple un conjunto específico de fórmulas.
La llamada Web 2.0 es el modelo que mejor pudiera utilizar los contenidos de géneros como espacio creativo colectivo que utiliza una serie de conceptos, tecnologías, aplicaciones y servicios.
Si las aplicaciones de “segunda generación”, buscan reducir la distancia entre los que acceden a la Web y los que publican en ella información, promoviendo la posibilidad de que cualquier usuario acceda gratuitamente a gestores de contenidos de diverso tipo no puede faltar la variedad de géneros. Se impone el desarrollo de géneros audiovisuales NO existentes actualmente en la red.
Los especialistas se hacen preguntas muy atinadas que deben ser interrogantes para los directivos de los medios y personal en general de los sitios Web. Específicamente se requieren respuestas a: ¿Se puede narrar colectivamente? ¿De que modo se narra colectivamente? ¿Qué diferencia hay entre narrar colaborativamente y narrar colectivamente ? Y si estos modelos narrativos no están totalmente desarrollados, ¿como podemos plantearnos un nuevo modelo de narración audiovisual?