Estocada a la muerte
La vida de Karina, una adolescente de apenas diecisiete años, se le escurría entre los dedos del equipo médico de la terapia intensiva del hospital pediátrico Eliseo Noel Caamaño, de Matanza; y para colmo, a no pocos especialistas de renombre de otras instituciones de la nación que seguían minuto a minuto la tórpida evolución de la paciente.