De Washington a Macondo
Aunque parezca increíble todo indica que el surrealismo se apoderó de la Casa Blanca y como en Cien años de Soledad, célebre novela del premio Nobel, Gabriel García Márquez, porque las cosas que están sucediendo así lo demuestran.


A casi 58 años del triunfo revolucionario y de la implementación de los primeros programas sanitarios, los logros de Cuba en la salud son una muestra más que elocuente del pleno disfrute de los derechos humanos.
«No quiero hablar de Fidel porque lloro», me dijo Alicia y tuve que cambiar por un momento el tema de nuestra conversación.
En otra muestra de su ineptitud política y de su proyección neofascista el recién electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, arremetió el pasado sábado de forma irrespetuosa y ofensiva contra el pueblo de Cuba.
Como todo el pueblo, los periodistas estamos también de duelo. El mismo sentimiento de pérdida enorme que cubre el país, también nos ensombrece. Algo más, sin embargo, incrementa nuestro pesar. Los miembros de la Unión de Periodistas de Cuba tuvimos en Fidel al más atento de nuestros interlocutores. Siempre dispuesto a oírnos; a estar presente en nuestras deliberaciones. ¿Cuándo no nos comprendió? ¿Cuándo nos quitó la confianza?