No os asombréis. Es un mal endémico
En Estados Unidos ser negro es como un delito perenne que hay que destruir; y es así desde que surgieron al mundo y hasta nuestros días. Es la misma nación donde fueron asesinados por supremacistas blancos dos honestos líderes defensores de los derechos de los negros, Martin Luther King y Malcon X.


Cuba y buena parte del mundo están de luto. Una leyenda del arte y la cultura nacional se despidió de su público incondicional, como suelen hacerlo las grandes leyendas que han tejido una historia muy difícil de igualar, sin émulos, sin falsas poses ni ínfulas de diva.
Vergüenza, si la tuviera, debería darle a Donald Trump haber aprobado nuevas sanciones económicas contra Cuba en medio de una pandemía que ha segado la vida de más de cien mil estadounidenses, así como de las intensas protestas en casi todo el territorio de Estados Unidos por el asesinato del ciudadano negro George Floyd.
Por razones lógicas de mi profesión me sumerjo en un gran cúmulo de informaciones que a diario me obligan a escuchar la radio, ver la televisión, leer la prensa plana y las redes sociales. En tal conglomerado aparece el señor presidente de Estados Unidos como protagonista e impulsor de todo lo inhumano y despreciable de este mundo.
“La naturaleza nos está enviando un mensaje claro. Estamos dañando el mundo natural, en nuestro propio detrimento. La degradación de los hábitats y la pérdida de biodiversidad se están acelerando. La disrupción del clima está empeorando.” (1) Son afirmaciones reveladoras de la magnitud de un desastre. Es de lamentar tener que leerlas a 46 años de haberse instituido el Día Mundial del Medio Ambiente.