Solo los que luchan, resisten y no se rinden son los que tienen derecho a triunfar

Como un gran homenaje a la consagración y heroicidad del pueblo cubano calificó el miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, la celebración este viernes del 1ro. de Mayo. En las palabras centrales en el acto nacional por el Día Internacional de los Trabajadores, presidido por el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Guilarte de Nacimiento afirmó: «Esta fiesta del proletariado mundial la hemos dedicado a la heroicidad cotidiana de nuestro pueblo». En esta ocasión, precisó, la celebración del proletariado estuvo antecedida por el Encuentro internacional de solidaridad con Cuba y el antimperialismo, que permitió que más de mil representantes de 271 organizaciones políticas, juveniles, sindicales y sociales de 58 países compartieran en centros de trabajo y barrios para conocer sobre nuestras realidades. La cita, agregó, sirvió de igual modo para que las delegaciones asistentes comprobaran la capacidad de los cubanos de vencer obstáculos y carencias, al tiempo que permitió reafirmar la solidaridad con «una Cuba que no está sola, ni nunca lo estará». Este año, señaló el dirigente sindical, teniendo en cuenta las complejidades que enfrenta el país, el tradicional desfile del 1ro. de Mayo cambió su escenario habitual de la Plaza de la Revolución para el malecón habanero, otro sitio de históricas y multitudinarias movilizaciones, muchas de ellas encabezadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, para patentizar el derecho de Cuba a su soberanía e independencia, así como para exigir el regreso del niño Elián y de los Cinco Héroes, entre otros hechos que han marcado de manera significativa la historia nacional. «Este cambio de lugar es coherente con …

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Con manos y corazón se hace el camino

Inmensos son los problemas que enfrentamos cada día y, para sortearlos, el país necesita hechos y realizaciones concretas. Apremia que se actúe contra lo que es urgente, que no se pase por alto ningún problema –sobre todo un problema que afecte a nuestra gente–, y que las convicciones sigan siendo columna vertebral de la resistencia de la nación. La Revolución se sostiene en el apoyo popular. Hay una evidencia indiscutible de eso a lo largo de sus casi 65 años, desde que fuera determinante para el triunfo de enero de 1959, luego para su permanencia, y ahora pilar de la continuidad actual. Este 5 de mayo la Patria contemplará otra vez cómo sus hijos defienden «la gran unidad (…) que debemos siempre cuidar como la niña de nuestros ojos» –tal cual ha dicho el General de Ejército Raúl Castro Ruz–. Calles y plazas de todo el país darán fe de que, a ella, la unidad, debemos lo que somos. La fecha ofrece varios motivos de alto timbre: el ímpetu de la reunión que, en La Mejorana, sostuvieron Martí, Gómez y Maceo, para fijar los rumbos de una Guerra Necesaria; y el postulado conceptual del Comandante en Jefe que, hace 23 años, justo un 1ro. de Mayo, definió las dimensiones de lo que es y significa la Revolución. El martiano principio de que «la Patria es ara y no pedestal» refleja el camino angosto por el que siempre vamos, desde el mismísimo día en que los barbudos bajaron victoriosos de la Sierra y se fundieron con el pueblo, del cual, entonces, dijo Fidel: «ahora tiene que luchar por salvar lo que hizo, ahora tiene que luchar por sobrevivir como Revolución». Cuba necesita que los cubanos pongamos nuestras manos –por cuanto edifican y producen la riqueza– y corazones –en tanto infunden aliento …

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La Revolución es hija de nuestros propios empeños

La celebración por la unidad, significa enaltecer lo popular, que es raíz cultural y tributa razones para luchar por nuestra soberanía e independencia. La fiesta ha sido postergada hasta el viernes. Sabido es que razones mayores obligaron a tomar la decisión. Sin embargo, el Primero de Mayo- Día Internacional de los Trabajadores-, sigue siendo motivo de jolgorio en Cuba, al contrario a otras naciones en el mundo. Es justo por ese inédito hecho para el resto del mundo, que cada año por esta fecha nos acompañen miles de amigos de todas las latitudes para mantener viva la luz de la esperanza, en una nación donde la esperanza día a día se cultiva a pesar de las enormes dificultades y obstáculos que enfrentamos. Por experiencia que nos deja la historia, aprendimos que sin unidad no hay Revolución, porque la Revolución es hija de nuestros propios empeños y también del propósito de seguirla cuidando y reinventando enfrentando la solución a los retos y desafíos que son cada vez mayores y nos impone la historia. Mira si lo sabremos. Cuando los amigos nuestros, foráneos, que viven más allá de fronteras se refieren a los cubanos lo hacen con la convicción de que hablan de una isla-resistencia, donde no hay mucho materialmente hablando, pero donde no se ha perdido el rumbo para alcanzar la mayor justicia social posible, aunque desandar ese camino conlleve tropezar con más piedras que luces. Reto al fin, las heroicidades de este pueblo se atribuyen a esos momentos donde nos atrincheramos para cerrar filas, y lograr pequeñas victorias que en su sumatoria se convierten en algo más grande porque nadie, como nosotros mismos, hemos tenido que enfrentar un despiadado cerco económico por más de seis décadas, y sobrevivir. Saltar ese enorme cerco siempre es una victoria. Entonces desfilar por parques …

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Manos y corazón a un sentimiento llamado Cuba

A Cuba no basta con soñarla, aferrarse a ella, serle fiel. No basta, porque a Cuba no le alcanza la idolatría, no le alcanza el decir, no le alcanza el saberse amada. Cuba necesita mucho más. Y no es que no valga el amor que se le profesa, que es, por demás, la fuerza imprescindible para mantenerla soberana y viva; es que no hay mérito alguno en el amar sin construir, como no lo hay en el decir sin el hacer. Es por ello que, junto al corazón que le entregamos cada día, también reclama la Patria nuestras manos. Reclama sin necedad ni egoísmos, y sí con el derecho que otorgan la historia, los ejemplos inmortales, las heroicas vivencias de entrega ilimitada, el legado invaluable de que digno será quien, con su propio sudor y esfuerzo, conquiste la dignidad. Si bien no hay en estas letras verdad alguna que no hayamos asumido hace ya tiempo los cubanos, sabe el revolucionario de alma y convicción que no es ocioso revisitar sus motivaciones y principios, sobre todo cuando la dureza del momento histórico le convoca a un profundo ejercicio de introspección, porque debe mirar primero hacia sí mismo y, después, hacia la obra de la que ha sido partícipe. Solo así es posible avanzar, crecer, perdurar. Las conquistas devenidas derecho, que tras aquel enero de 1959 ya son el regalo primero al ver la luz en esta Isla, no pueden ser el comodín desde el que, sin medir verdaderamente su dimensión y excepcionalidad, exijamos a la Patria sin misericordia. Incluso cuando el sudor del sacrificio en el hacer por ella nos haya mojado mil veces la camisa, no sería suficiente para agradecerle tanto. La Patria se da sin miramientos a sus hijos, pero como madre noble y justa, espera de ellos la …

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