
El Gobierno Revolucionario condena enérgicamente el sabotaje al suministro de electricidad en Venezuela, que constituye un acto terrorista, dirigido a dañar a la población indefensa de toda una nación, para utilizarla como rehén en la guerra no convencional desatada por los Estados Unidos contra el gobierno legítimo que preside el compañero Nicolás Maduro Moros y la unión cívico-militar del pueblo bolivariano y chavista.
Políticos estadounidenses se han apresurado a celebrar un acto que priva a la población de un servicio básico fundamental, deja hospitales sin la energía necesaria para operar, interrumpe otros servicios elementales indispensables en la vida cotidiana, como la alimentación, el suministro de agua, el transporte, las comunicaciones, la seguridad pública, el comercio, las transacciones bancarias y el pago por tarjetas; afecta el trabajo en general e impide el funcionamiento de las escuelas y universidades.