El capitán de la clase obrera

Su espíritu inquebrantable de lucha persiste y va a cada colectivo obrero que recibe la Bandera XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, que recorre el país hasta llegar al Palacio de Convenciones, de La Habana, donde presidirá las sesiones finales de la cita de los trabajadores cubanos.

Lázaro Peña sufrió persecución, cárcel y exilio por sus ideas comunistas y de avanzada, fue fundador de la CTC, de la Confederación de Trabajadores de América Latina y el Caribe y de la Federación Sindical Mundial, organización internacional en la que ocupó una de sus vicepresidencias.

El movimiento sindical cubano sufrió un duro golpe con el fallecimiento del integro, valiente y destacado sindicalista, luego de la celebración del histórico XIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.

Con apenas 18 años ingresó en el naciente Partido Comunista de Cuba y en 1934 fue elegido miembro de su Comité Central, secretario general del Sindicato de Tabaqueros y miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Nacional Obrera de Cuba.

Participó de manera activa en la huelga general revolucionaria de marzo de 1935, última gran acción de la Revolución de los años 30, y por sus ideales sufrió prisión. Ya en libertad, fue el artífice principal en la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), nacida el 28 de enero de 1939 y de la cual fue electo su Secretario General.

Sus contemporáneos conocieron de su firmeza y verticalidad de principios. Como combatiente enfrentó designios de poderes imperiales y de las oligarquías explotadoras de turno, incluida la lucha contra el mujalismo, que minó al movimiento obrero cubano a partir de 1947.

Al triunfo de la Revolución se reincorporó como simple soldado a las labores del movimiento sindical.

En 1961, al celebrarse el XI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, devino electo secretario general, cargo que ocupó hasta 1966. Igualmente formó parte como miembro del nuevo Comité Central del PCC desde su constitución en 1965 hasta su muerte.

El líder surgido de las masas tuvo siempre una inteligencia sobresaliente y excelentes cualidades como comunicador. Además, por su historial revolucionario y capacidad organizativa fue nombrado, a principios de 1973, jefe del Departamento de Organizaciones de Masas en el Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

La enfermedad que lo llevó a la tumba el 11 de marzo de 1974 no pudo menguar su disposición para el trabajo, su entrega y su entusiasmo hasta su último minuto. El país y los trabajadores recuerdan su determinante contribución al XIII Congreso de la CTC, el último que presidió.

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