Venezuela y la OEA: los nuevos intentos agresivos de EE.UU.

En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, el investigador auxiliar del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), señaló que “evidentemente existe un deseo recíproco en romper la relación entre Venezuela y la OEA”.

Según el experto, la nación suramericana había solicitado en abril de 2017 su salida del órgano hemisférico, aunque el procedimiento dura 24 meses y se extendería hasta 2019.

“El proceso de expulsión me parece ilegal e ilegítimo, mientras recuerda el capítulo oscuro de la misma medida contra Cuba en 1962”, agregó.

En este sentido, calificó la decisión como un retroceso en la historia de la OEA, el cual también representa una ruptura institucional dentro del propio organismo.

Asimismo, sentenció que la expulsión representa el esfuerzo de Estados Unidos y sus aliados por aislar diplomáticamente a Venezuela dentro de la región latinoamericana.

Desde diferentes articulaciones se estructura un plan único de agresividad creciente para incentivar la desestabilización que hoy existe en otros estados latinoamericanos, aseveró Alemán.

“La estrategia pretende complejizar el entorno político venezolano, como un intento por desconocer el carácter legítimo del reciente proceso electoral que aconteció en el país”, precisó el investigador cubano.

Para el intelectual, la agresividad estadounidense también está relacionada con otros entornos geográficos dentro de un contexto político complejo.

Lo importante en estos momentos es lograr el apoyo de las sociedades latinoamericanas, quienes tienen la misión de movilizarse para impedir una agresión armada contra la tierra de Simón Bolívar, subrayó el académico caribeño.

“Ojalá que los planificadores de política se percaten de ese detalle, porque si la situación empeora regresará el entorno regional inestable de años anteriores, el cual constituye un conflicto que desborda las fronteras”, concluyó.

En julio de 2009, cuarenta y siete años después de la expulsión de Cuba, la OEA se reunió en Honduras y dejó sin efecto la resolución número VI del 31 de enero de 1962.

Honduras, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua dieron la cara por la isla en esa ocasión reivindicativa.

Sin embargo, a la nación caribeña no le interesaba reintegrarse, y en aquel momento alegó que la OEA era, “una organización desprestigiada e impertinente”.

 

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