Che Guevara. Su relación con León Felipe y la poesía

Las relaciones entre el Che y León Felipe (Felipe Camino Galicia de la Rosa, su nombre real) durante la estancia del primero en México – que culminaría con su integración a la expedición del yate Granma- , nos dice el prestigioso intelectual cubano Guillermo Rodríguez Rivera, que ambos se conocieron en la capital mexicana, mientras que la periodista Daily Pérez Guillén, recoge el criterio de que se conocieron en un café al cual acudían republicanos españoles exiliados en la capital mexicana.

Existen hechos concretos de cómo el Che valoraba la poesía de León Felipe.  Inclusive lo hacía en público.  Así, el 15 de agosto de 1964, siendo Ministro de Industrias y en una reunión con los trabajadores, declamó, haciendo uso de su privilegiada memoria, parte del poema “ El Ciervo”, según hace constar en su libro “Evocando al Che “,  Ángel Arcos Bergnes.

Sobre aquel momento, recuerda dicho autor, uno de los colaboradores más cercanos  del Che en el citado organismo,  el Guerrillero Heroico escribió al poeta español lo que sigue: 

“Maestro:

Hace ya varios años, al tomar el poder la Revolución recibí su último libro, dedicado por usted.

Nunca se lo agradecí, pero siempre lo tuve muy presente.  Tal vez le interese saber que uno de los dos o tres libros que tengo en mi cabecera es El Ciervo, pocas veces puedo leerlo, porque todavía en Cuba dormir, dejar el tiempo sin llenar con algo o descansar, simplemente es un “pecado de lesa diligencia.

El otro día asistí a un acto de gran significación para mí.  La sala estaba llena de obreros entusiastas y había un clima de hombre nuevo en el ambiente. Me afloró una gota del poeta fracasado que llevo dentro y recurrí a usted, para polemizar a la distancia. Es mi homenaje, le ruego que así lo interprete.

Si se siente tentado por el desafío, la invitación vale.

Con sincera admiración y aprecio.

Comandante Ernesto Che Guevara”.

Otro ejemplo de cómo el Che apreciaba a León Felipe, tanto por su obra, como en lo personal, lo cita Aleida March en su libro “Evocación”; quien narra que al terminar el Che su misión internacionalista en el Congo y estando en Tanzania, le solicitó, entre otros textos, el referido al poema El Ciervo.

Meses después de la carta enviada por el Che a León Felipe, éste le envía su nuevo poema titulado “Palomas”. Fue la última comunicación entre ambos, y de lo cual no se tiene información adicional hasta el presente.

Al producirse el asesinato del Che en Bolivia, León Felipe escribió sobre su viejo amigo, como el calificaba al Che, lo siguiente:

“Siempre fuiste un condotierro apostólico y evangélico y un niño atlético y valiente que sabía dar el triple salto mortal y caer siempre en tu sitio.  Ahora también has caído en tu sitio.  Yo sé dónde estás, y ahí mismo te mando un abrazo y estos versos”.

Se refiere León Felipe al poema El Gran Relincho, tomando como presentación lo que escribiera el Che en su última carta a sus padres: “Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante; vuelvo al camino con mi adarga al brazo”. Por si ello fuera poco su frase introductoria a dicho poema no deja de impactar y que refleja la amistad y admiración entre ambos: “Al Che Guevara, mi gran amigo”.

León Felipe falleció el 18 de septiembre de 1968, un año después del asesinato del Che en Bolivia, “el ser humano más completo de nuestra época”, como lo llamara el filósofo francés Jean Paul Sastre.  Con la muerte del autor de El Ciervo desapareció una de las más peculiares figuras del posmodernismo español y de la poesía de esa nación en el siglo XX.

Bueno es recordar la dedicatoria que escribiera León Felipe en el ejemplar de su libro El Ciervo dedicado a su alumno argentino-cubano, quien lo llamara Maestro.  Decía dicho autor: “Al Dr. Che Guevara, gran soldado defensor de la libertad en Cuba, con un saludo de hermano”.

 

 

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