Artistas y escritores de cara a su magna cita

Los medios de prensa y de difusión cubanos han ofrecido amplia cobertura a las asambleas provinciales, caracterizadas por la masiva presencia de afiliados y por los profundos debates suscitados en cada una de ellas. La madurez y el compromiso manifestados en las intervenciones; su espíritu autocrítico, valiente y constructivo hacen de cada asamblea un pequeño congreso capaz de garantizar el éxito del que tendrá lugar entre los días 28 al 30 de junio.

Un detalle trascendente lo ha sido la presencia de las máximas autoridades del nuestro Partido y Gobierno en cada asamblea, así como de directivos de Cultura, el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y otros organismos de la sociedad cubana. Ello evidencia el reconocimiento y la importancia concedidos a la creación artística a lo largo y ancho del país.

Los debates, todos difundidos a través de la prensa, nos remiten a junio de 1961 cuando Fidel, líder eterno de la Revolución Cubana, pronunció aquel discurso que conocemos como “Palabras a los Intelectuales”. A 58 años de aquella intervención histórica, corroboramos su actualidad por ser brújula y herramienta, punto de partida para el desarrollo de un arte revolucionario, libre y patrióticamente comprometido.

Fidel con su visión de luz larga expresó aquella vez:

Nosotros hemos sido agentes de esta Revolución, de la revolución económico-social que está teniendo lugar en Cuba. A su vez, esa revolución económico-social tiene que producir inevitablemente también una revolución cultural en nuestro país”. (*)

Esa revolución cultural tuvo su primer gran triunfo al culminar en diciembre de aquel mismo 1961 la Campaña de Alfabetización. Cuba erradicó en un año uno de los peores lastres impuestos por el subdesarrollo y el estatus neocolonial al que había sido condenada desde 1902. Enseñar a mujeres y hombres a leer y a escribir – hasta en los más intrincados rincones de nuestras montañas – fue el insoslayable punto de partida para consolidar la soberanía nacional, la viabilidad del proyecto emancipador revolucionario y el consecuente desarrollo a plenitud de la literatura y el arte.

Más adelante, el máximo líder de la Revolución Cubana afirmó:

Los distintos compañeros han expresado aquí un sinnúmero de puntos de vista, y los han expresado cada uno de ellos con sus argumentos”. (*)

Lo afirmado aquella vez se puede aplicar al espíritu de las asambleas provinciales; en ellas cada uno de nuestros creadores artísticos argumentó sus intervenciones. En el caso de Cienfuegos, donde tuve el honor de participar como un afiliado más, se oyeron voces enérgicas como la del historiador, periodista y escritor Andrés García Suárez quien abrió los debates con la profundidad propia de un creador y protagonista desde los primeros días del triunfo revolucionario; del periodista Omar George de nuestra Televisión, intelectual que era apenas un niño en 1961, y del joven cantautor Nelson Valdés.

La coherencia entre pensamiento, palabra y acción de los escritores y artistas de Cuba demuestra una vez más que la actualidad cubana es la continuidad de una conquista emancipadora que comenzó en 1868 y culminó triunfante en 1959. Desde esa misma perspectiva se ha reflexionado en cuanto a los desafíos y peligros provenientes del lado enemigo, el imperialismo yanqui y su servidumbre. Recordemos cuando Fidel expresara en “Palabras a los Intelectuales”:

Nosotros señalamos que el estado de ánimo de todos los ciudadanos del país y que el estado de ánimo de todos los escritores y artistas revolucionarios, o de todos los escritores y artistas que comprenden y justifican a la Revolución, es qué peligros puedan amenazar a la Revolución y qué podemos hacer por ayudar a la Revolución”. (*)

Hoy el imperialismo yanqui y sus secuaces persisten en la enfermiza intención de destruir la Revolución. Además de la preparación para la defensa, otra arma esencial lo constituye el ideal patriótico-revolucionario y el compromiso con un arte serio, maduro, comprometido y unido desde su diversidad.

Unidad en la diversidad; dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada, porque es nuestra firme garantía de la libertad de creación. A eso también se refirió Fidel en 1961.

Permítanme decirles en primer lugar que la Revolución defiende la libertad, que la Revolución ha traído al país una suma muy grande de libertades, que la Revolución no puede ser por esencia enemiga de las libertades; que si la preocupación de alguno es que la Revolución vaya a asfixiar su espíritu creador, que esa preocupación es innecesaria, que esa preocupación no tiene razón de ser”. (*)

La Revolución Cubana, obra de todo el pueblo, es la mayor obra de arte creador y humanista que inspirada por Fidel continúa perfeccionándose en cada momento del devenir contemporáneo.

Somos un país dichoso. Fuimos capaces de hacer triunfar la primera Revolución totalmente emancipadora en América Latina y el Caribe para, a partir de ella, emprender una transformación donde la socialización universal de los bienes materiales y espirituales y la justicia social gozan de prioridad máxima. Cuba fue, es y seguirá siendo luz inspiradora, punto de referencia de que lo justo y bueno es posible.

En estas jornadas que preceden al IX Congreso de la UNEAC ha coincidido un acontecimiento brillante para la cultura y el arte cubano y universal. Se trata de la XIII Bienal Internacional de La Habana, dedicada a celebrar los 500 años de la fundación de la ciudad capital de todos los cubanos; celebración que se extendió a todo el país, y que en Cienfuegos coincidió con las celebraciones por el aniversario 200 años de su fundación, ciudad del centro-sur de Cuba que es Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La XIII Bienal parte de las artes plásticas y se manifiesta en muchas expresiones artísticas más; es por ello una fiesta de la cultura. En sus jornadas, junto a artistas de Cuba expusieron creadores de otras partes del mundo. A partir de su lema “La construcción de lo posible”, constituyó una muestra más de amistad, solidaridad, la paz y hermandad universales. La Bienal de La Habana, en su recién concluida decimotercera edición es consecuente con la proyección universal del pensamiento y la acción humana que heredamos de Fidel.

Se avecina el IX Congreso de la UNEAC. Allí estaremos legítimamente representados en las compañeras y compañeros que elegimos democráticamente como delegados nuestros. Allí estará también Fidel a través de su pensamiento que continúa inspirando a todo un pueblo del cual sus escritores y artistas forman parte. El arte y la cultura cubanos en general tienen su fundamento y razón en el pueblo y su Revolución; el de Cuba no es un arte elitista y mucho menos marginal; es del pueblo porque de sus entrañas surge, para él crea y es su razón de ser. Es un arte que tiene como premisa el patriotismo y el amor; es por ello, tomando versos de Silvio Rodríguez es “un arte mayor”.

El Congreso de la UNEAC lleva como espada y escudo las ideas de Fidel, su concepto de Revolución y la convicción de que los escritores y artistas cubanos, parte de este proyecto emancipador desde La Demajagua hasta enero de 1959, somos continuidad de la obra de nuestros mambises de los siglos XIX y XX.

Hoy mambises del siglo XXI marchamos con el alma revolucionaria como adarga para seguir defendiendo nuestra Patria y nuestro Socialismo al que no vamos a renunciar jamás.

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