En la memoria radial: Félix B. Caignet

La iniciativa de la radiodifusión oriental de llevar los restos de Félix B. Caignet a Santiago de Cuba permite recordarle y rendirle merecido homenaje en su tierra natal, que une al poderoso conjunto de sus tradiciones y de su historia, el haber sido la cuna de esta personalidad relevante de la cultura nacional, que además de extraordinario compositor musical, abrió nuevos caminos al discurso radial.

Con razón, Oscar Luis López, en su obra La Radio en Cuba, lo señala como uno de los cinco pilares de donde salieron todas las generaciones de escritores, actores, narradores, directores, musicalizadores que formaron la radiodifusión hasta nuestros días.

Félix Benjamin Caignet Salomón -Félix V.- para los íntimos, nace el 31 de marzo de 1892 en la finca Burene, en San Luis , Oriente, pero ya a los siete años la familia se instala en la ciudad de Santiago de Cuba.

Aunque desde adolescente escribe versos sentimentales y artículos, todavía no imagina su destino posterior, aunque es una constante su  inclinación hacia todas las artes.

Su atención principal en aquellos años lo dirige a la realización periodística. De esta forma colabora en la revista habanera Teatro Alegre, reportando el quehacer artístico de Santiago de Cuba.

A partir de 1918, El Diario de Cuba, lo reseña como miembro de la Asociación de Reporters y le asigna una sección titulada Vida Teatral, que asume con su primer apellido.

Llega a la habana por vez primera en 1920 gracias  a la invitación que le envía Enrico Caruso para que presenciara sus ocho funciones, la que acompaña con un giro por doscientos pesos para los gastos. Detrás de este hecho hay una hermosa anécdota.  Así la relata Oscar Luis López:

En ocasión de estar el tenor italiano Enrico Caruso actuando en el Metropolitan Ópera House, Caignet le escribe y le envía una acuarela criolla pintada por él. Además le pide que le manda su autocaricatura, pues conoce que él es caricaturista. El célebre tenor se la envió…  Cuando en 1920 Enrico Caruso viene a la Habana para actuar en el Teatro Nacional, Caignet le escribe nuevamente, diciéndole que lamenta no poderlo oír personalmente, pero que su situación económica no le permite ir desde Santiago de Cuba a la Habana”.

En 1920 continúa escribiendo además para las revistas  El Fígaro y Bohemia y el periódico El Sol. En ese año comienza a proyectar las narraciones infantiles que dieron lugar más tarde a la creación de Chilín y Bebita, que primeramente publica en la prensa plana y después, son adaptadas de acuerdo a la dramática sonora de la década del treinta, que tiene su antecedente en el radioteatro.

Con el tiempo el programa comienza a llamarse Chilín, Bebita y el enanito Coliflor, en alusión a un simpático personaje que dentro de la trama llega a destacarse mucho. Fueron deliciosos cuentos que siguieron el estilo de los viejos cuenteros, tan populares en el Santiago del siglo XIX.

El escritor, compositor y músico llega a la Radio a través de la CMKC, de su ciudad natal. a principios de los años treinta, cuando ya se perfila también, como compositor prolífero musical.

Su primer programa fue Buenas Tardes Muchachitos, que contenía cuentos de su autoría. Con ello introduce el ingrediente de la radiocomedia infantil de continuidad.

Después en los estudios de la CMKD ve la luz el primer serial dramático y policíaco de América Latina, dando inicio  al espectáculo radial episódico, al poner en antena a Chan Li Po por vez primera en 1934, con el título La Serpiente Roja, que tiene en la actuación protagónica de Aníbal de Mar. Surge además el narrador, que fue, Matías Vega Aguilera.

Llega a la Habana en 1936 y después de algunos obstáculos logra que Radiodifusión O´Shea someta a Chan Li Po a la radioaudiencia, con Mercedes Díaz y Carlos Badías como pareja protagónica, Marcelo Agudo como narrador y por supuesto Aníbal de Mar que interpreta a  Chan Li Po.

Se mantiene siete meses en el aire hasta que Caignet parte hacia Argentina a cumplir un contrato de la firma Ypana.

De regreso a Cuba, en 1938, pone en el aire nuevamente a Chan Li Po, esta vez por la COCO, patrocinado por la firma Sabatés S:A. y utiliza a Oscar Luis López en el papel de Chan Li Po.

Precisamente allí se inicia Oscar Luis como actor. Este espectáculo se mantiene hasta 1941. En el propio año se transmite por RHC Cadena Azul Aladino y la lámpara maravillosa, con la firma de Caignet.

El 5 de junio de 1944 comienza en la CMQ, El precio de una vida, novela que protagonizan María Valero y Carlos Badías.

Entre sus obras más relevantes se adicionan, en 1946, por la Cadena Azul, El ladrón de Bagdad con Consuelito Vidal y Raúl Selis como protagonistas; y, Peor que las víboras con Carmen Ignarra, Mercedes Díaz y Santiago García Ortega, en los roles protagónicos.

Hasta que llega el 1ro. de Abril de 1948 y las ondas de la CMQ trasladan el suceso dramático radial más importante de la década, El derecho de nacer, con María Valero, Minín Bujones* y Carlos Badías, secundados por un elenco envidiable, donde sobresalen Nenita Viera, Lupe Suárez, Xiomara Fernández, José Goula, Enrique Santisteban, Carlos Paulín… Y por supuesto, el estilo de narración de Luis López Puente, presente también en todas las obras de Caignet, o sea, «hablar en metáfora» como asegura el autor, que se impone también en el hacer radial de América Latina.

Otros momentos importantes de su hacer radial lo tenemos en Ángeles de la calle con las actuaciones de Ramón Veloz, Coralia Fernandez, Marta Falcó y Antonio Hernandez… Sale al aire el 23 de agostro de 1948 y Pobre Juventud con Marina Rodríguez y Eduardo Egea, Carlos Paulín, Antonia Valdés, entre otros, que se trasmite en 1957 por el Circuito CMQ.

También estas frecuencias trasladan en 1958, la última novela de su extensa producción, La Madre  de todos, con Carmelina Bandera, Yolanda Fabián, Ricardo Dantés y Eduardo Egea, en los papeles principales.

Félix B. Caignet une a sus grandes méritos el de ser un genuino innovador de la radio.

Con él surge para Cuba y América toda, el espectáculo radial de continuidad; el género detectivesco; el suspenso; el falso suspenso y el narrador, que antes no se concebía, y que constituye un factor vital de una estructura novelística.

Con el narrador se abren nuevas fuentes a la locución en dimensiones de mayor rigor y nivel estético. A esto hay que añadir la redundancia y la reiteración, fundamentales en la difusión, los que saltan a primera vista en cualesquiera de los libretos de este escritor sagaz y legítimo hombre de radio.

Al referirse a su obra radial solía decir:

Yo lo que hice fue aprovechar la emoción popular para sembrar algo de moral, algo de bien: en Chan Li Po, combatí la marihuana; en Angles de la calle protesté por la niñez desvalida, y en El derecho de nacer, contra la discriminación racial. O sea escribí  cosas que la Revolución después llevaría adelante”.

Su nombre se registra también en el quehacer de la filmografía cubana y mexicana, cuando son llevadas al celuloide La Serpiente roja, El derecho de nacer y Ángeles de la calle, entre las más populares.

Pero  en él hay otra veta de artista que lo sitúa, tal vez como él mismo presumía, con más timbres honrosos en nuestra cultura popular.

Tal vez por eso decía: «De estas cosas que escribo no espero nada,  sé lo que valen… pero en mi música si reclamo mi lugarcito».

Sones, guarachas, boleros, guajiras, música infantil, decenas y decenas de composiciones de honda raigambre cubana surgen de su fecunda inspiración.

Entre más de trescientas obras, tal vez las más conocidas son: Frutas del Caney, estrenada por Franz Antúnez y popularizada por el Trío Matamoros; Te odio, que recrea Rita Montaner, el 18 de abril de 1928 en el Teatro Payret, en la Habana; Carabalí, Montañas de Oriente, Quiero besarte, Mentira, En silencio

Félix B. Caignet muere en la Habana el 25 de mayo de 1976. A su memoria y mientras el féretro desciende a la tierra amada en el cementerio de Colón se dejan escuchar como en un susurro, las notas de Te odio, su canción más popular, y seguidamente, Sin lágrimas, cantadas «a capella» por el dúo de las hermanas Martí.

El 25 de diciembre de 1992, sus restos se trasladan a la ciudad de Santiago de Cuba.

Desde que el avión Yak 40 detiene sus motores en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo y sus restos son acompañados por el pueblo hasta la sede del Gobierno en el municipio, donde son expuestos, se produce una sentida manifestación popular que encabezan trabajadores de la Radio de las cinco provincias orientales.

Ya en el lugar donde descansará por siempre, el Coro Madrigalista interpreta dos de sus obras imperecederas: Te odio y Frutas del Caney.

Esta soleada y cálida mañana queda grabada en el recuerdo, como una página  importante de la historia radial en los últimos años. Y no podía ser de otra forma.

Por eso, en tan solemne momento, al igual que lo habían hecho Germán Pinelli y Raúl Selis, en el Cementerio de Colón el 26 de mayo de 1976, sentí la necesidad de decir:

Al volver la vista sobre el largo camino de setenta años de actividad ininterrumpida, entre tantos y tantos hechos y connotaciones que apresa la historia de la radio, la imagen de Félix B. Caignet acusa su presencia, salta luminosa en esa ruta y sigue diciendo para todos, para su pueblo, en su labia humana y criolla. A Santiago regresa, a la vera de tantos héroes y mártires acogidos aquí, aunque pudiera reposar en cualquier lugar de Cuba, porque para todo el país escribió y creó y en toda Cuba lo admiraron y aplaudieron y lo recordarán por siempre. En el año de su centenario y en el aniversario setenta de la Radio Cubana, cumplimos el deseo del creador de El derecho de nacer y de tantas obras que hicieron trascender a la literatura radial: “Yo quiero descansar cuando muera, junto a mis padres, frente a las Lomas del Caney”.

*En el capítulo 199 de El derecho de nacer, la protagonista María Valero, falleció a causa de un accidente del tránsito al cruzar la Avenida del  Puerto, el 26 de noviembre de 1948. La sustituyó la también destacada actriz Minín Bujones, quien protagonizó la novela hasta que culminó en el capítulo 314.

 

Autor

  • Josefa Bracero Torres

    Josefa Bracero Torres [Camagüey. 1942]. Multipremiada investigadora, locutora, periodista, realizadora e historiadora de la Radio Cubana. Licenciada en Periodismo. Primer expediente 1974-1979. Locutora de primer nivel. Jefe de Información y Directora provincial de Radio y TV y de Radio Cadena Agramonte, [1969 y 1985]. Vicepresidenta del ICRT [1985 y 2004]. Entre los reconocimientos que posee se encuentran: Cuadro destacado del Estado, Orden Ana Betancourt, Distinción por la Cultura Nacional, Premios Nacionales de Radio y Actuar por la obra de la vida, Artista de Merito de la Radio y la TV, Hija Ilustre de la provincia de Camagüey. Premiada en Festivales Nacionales de Radio, 26 de Julio y Caracol, y por la Caribeann Broacasdting Awards. Tiene 12 libros publicados, sobre la historia de la Radio y la Televisión, así como el libro TULA, escrito en honor a la ilustre principeña en su el año de su bicentenario.