Manuel Villar, sencillamente Maestro

Villar, un hombre de radioEl primer impacto con una manifestación artística lo tuvo a los siete años. Porque en la esquina de su casa había una vidrierita donde vendían tabacos y cigarros y se apuntaban a los números de la Lotería Nacional, práctica extendida en aquel momento. Y el dueño mantenía un radio encendido todo el día. Allí se hizo tanguero, porque en esa época, allá por la década de los treinta, el tango en Cuba tenía una popularidad extrema.

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