Orlando Castellanos, la inmensidad de un hombre-radio

Lo entrevisté para mi libro Rostros que se escuchan. Y cómo Castellanos era un hombre de radio la primera pregunta no podía ser otra que aquella que lo ubicó por vez primera ante un micrófono.

«Un vecino de la casa oía que mi hermana y yo jugábamos a la radio en el pasillo de una solariega casa avileña y él insistió con mi padre para meterme en un concurso de cantos infantiles. Kike Sánchez se llamaba este hombre, a quien recuerdo con mucho cariño. Él decía que le gustaba como yo cantaba. Me llevó a la CMJO que estaba en calle Cuba, en el Roof Garden del hotel Norte de Cuba y me presentaron allí. Triunfé en el concurso este de canto, una especie de Corte Suprema, pero terminó el concurso y yo seguí en mi escuela, y en los ratos libres mi hermana y yo jugábamos a la radio. Recuerdo que en aquel tiempo, te hablo de 1936, existían aquellos enormes radios que tenían un ojo mágico, que era mágico de verdad. Escuchábamos a Pablo Quevedo, la Orquesta de Cheo Belén Puig y tantos otros, en un programa de la RCA Víctor, era CMQ, pero se oía en Ciego de Ávila.»

Ciego de Ávila y Camagüey eran territorios donde la radio tenía una fuerte tradición. Además de este elemento, ¿Tenía su familia algo que ver con su presencia en la radio en plena adolescencia?

«Decisiva y fundamentalmente mi padre. Tenía una mentalidad muy abierta para lo que era la divulgación, la publicidad y siempre mantenía anuncios en la radio local hasta que un buen día alquiló un espacio de una hora los domingos de 2:00 p.m. a 3:00 p.m. en la CMJO donde anunciaba su negocio. Fue una cosa muy linda porque por ahí pasaron artistas cubanos extraordinarios. Entre ellos, recuerdo al trío Servando Díaz y al Indio Naborí. Tenía un locutor que era el que se encargaba de hacer el programa y punto».

«Uno de esos domingos, llegó Manolo Cabrera, que era como se llamaba este locutor o se llama, porque lo perdí en el tiempo, un hombre de Manzanillo. Le dijo a mi padre: «Yo no puedo hacer el programa hoy.» Y mi padre le respondió: » Pero el programa tiene que salir, ¿qué hacemos? A Manolo Cabrera se le ocurrió la brillante idea de decir Orlandito podía hacer el programa. En ese momento tenía nueve años».

Y como reaccionó usted, lo hizo?

«Como si lo hubiera hecho todos los días. Mi padre, incluso, compró la mejor planta de radio de Ciego de Ávila porque a su hijo, que era yo, le gustaba la radio. Era la CMJI de los Hermanos Gesa, que tenía un estudio-teatro».

«Montó aquella estación, como decimos en buen cubano, con todos los hierros y era para que su hijo pequeño se entretuviera. En aquel tiempo se acostumbraba a hacer unos papeles timbrados para las cartas, » CMJI, tal …propietario» y entonces «locutores» y el primer fulano que encabezaba la lista de locutores era yo. Mi padre me apoyó mucho para que realizara mi vocación, sólo me pidió que no dejara de estudiar. Por eso cada vez que he tenido un programa exitoso se lo he dedicado a él».

Su vida continuó vinculada a la radio avileña hasta febrero de 1960. Pero Castellanos aclaró este proceso de su vida.

«Yo trabajé en algunas emisoras y hubo un momento en que tenía arrendados dos espacios de radio, uno en CMJO, de dos horas, que se llamaba Radio propaganda de la trocha y otro en la CMJH, de cinco horas. Además, se crea Radio Cuba, una planta nueva, que se convierte en la más potente de Ciego de Ávila y entonces me propusieron un negocio formidable. Yo pasaba todos mis anuncios, vendía mis discos a la radio, me contrataban como locutor, me hacían jefe de programas de Radio Cuba y a la vez tenía un tanto por ciento en los anuncios».

«Y, efectivamente, así lo hice, pasé a Radio Cuba en cuanto se inauguró, el 20 de octubre del año 1953. Después Radio Cuba se extendió con otra emisora en Camagüey y otra emisora en Morón. En Camagüey fui incluso el director de la planta durante un tiempo hasta que se vendió la emisora. Después de la huelga de abril de 1958, vuelvo a pasar por razones de tipo político a la CMJO, que me abrió sus puertas; me nombró jefe de la programación, y jefe del Departamento Comercial. Me mantuve ahí hasta el triunfo de la Revolución y un poco más, que es cuando vengo a La Habana a pasear y me dejaron en Unión Radio de jefe de Programación.»

A Radio Habana Cuba llegó en febrero de 1961, cuando todavía era la Onda Corta Experimental. Fue uno de los fundadores cuando se inauguró oficialmente el 1ro. De mayo de 1961. ¿Pero que significación tuvo Radio Habana Cuba en la vida de Orlando Castellanos?

«Si la radio municipal y la radio provincial fueron la primaria, la secundaria y el preuniversitario, ésta fue la Universidad».

«En Radio Habana he hecho de todo, menos barrer que sí lo hice en otras plantas de radio. Fui jefe de Programación, director, realizador, periodista, locutor, entrevistador. A petición de Marcos Behmaras, que era el director de Radio Habana, trabajé en la preparación del programa inaugural. Yo soy el que lee las palabras inaugurales de Radio Habana Cuba en la Plaza de la Revolución José Martí durante el desfile del 1ro de mayo de 1961».

En Radio Habana Cuba lo vimos en muchos programas ¿Cuál fue su obra mayor?

«Sin lugar a dudas Formalmente Informal que nace en 1971. Era una vieja idea que nunca había podido concretar. La realizo cuando me piden un proyecto de un programa para sustituir otro que se llamaba Noche Cubana. No era exactamente para Radio Habana Cuba, era para el sistema de ondas medias de Radio Habana, que se llamaba La Voz de Cuba, que tenía otra programación, muy parecida, que se difundía de 12:00 de la noche a 5:00 de la madrugada».

«Bueno, ¿y qué titulo le damos? – pregunté -, porque yo quiero un programa que sea distinto al de ayer y distinto al de mañana. La única cosa que creo sí será igual siempre es el tema musical y el título, lo demás vamos a ver cómo sale cada noche, cada día. A mí me gustaría una cosa formal pero informal.» Entonces Alfredo Viñas, que era el director de la emisora. Dijo: «Ése es el título, Formalmente informal.»

Castellanos guardaba en su memoria las figuras de la política, de la música y de las artes, en general, que habían pasado por Formalmente informal, hasta 1997..

«El dato numérico no lo tengo. Pero creo que por no dejar de pasar pasó hasta el aire. Entre ellos, exponentes de las letras cubanas como Alejo Carpentier, Miguelito Barnet, Pablo Armando Fernández, Roberto Fernández Retamar, Eliseo Diego, Fina García Marruz, Cintio Vitier, entre otros muchos. De Latinoamérica, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Octavio Paz, la gente que venía al Premio Casa de las Américas, de todas partes. Españoles, como Camilo José Cela, pero también pasaron músicos».

«Por ejemplo, una de mis grandes sorpresas fue saber lo conocidos que eran Silvio Rodríguez y Noel Nicola en Santo Domingo, República Dominicana, gracias a Radio Habana Cuba. Ellos mismos me lo dijeron en una entrevista que les hice en Venezuela, donde tendrían una actuación en el Teatro Municipal de Caracas. Regresaban de su primera salida al exterior, que había sido a Santo Domingo, República Dominicana y después a Caracas».

«Cuando los entrevisté me dicen: «No sabíamos que nos conocían tanto y esto es gracias a Radio Habana Cuba. Nos pedían las canciones por sus títulos.» Frank Fernández me narró una experiencia similar respecto al conocimiento que el público tenía de él, tanto en Dominicana como en Colombia, y era a través de ese programa».

«Los principales deportistas del país, los más connotados músicos extranjeros, nuestros máximos dirigentes políticos han proyectado su voz al mundo por Formalmente informal».

Este programa tuvo también una característica especial. Se transmitía no solamente desde los Estudios de Radio Habana, sino también desde Madrid, Barcelona, Venezuela, México, entre otros países.

Recuerdo haber escuchado el bello programa que le dedicó al gran músico cubano Ignacio Villa, el genial Bola de Nieve, como se le conocía, incluso internacionalmente.. Le pregunté si era el primer Formalmente informal.

«Quería inaugurar el espacio con Bola de Nieve. Grabamos el programa en el mes de septiembre en un estudio de Radio Progreso, porque él iba a salir el 1ro de octubre y no iba a estar en Cuba para esa fecha. Por eso decidí adelantar el programa y tenerlo de reserva».

«Él grabó una introducción al piano, hizo una presentación del programa. «Buenas noches, estoy con ustedes.» Después me senté con él y le hice la entrevista y la tenía en reserva porque el programa iba a salir el 1ro de octubre de 1971″.

«Bola de Nieve salió hacia Perú, vía México y falleció en esta ciudad. Yo tenía la última entrevista que se le había hecho y montamos inmediatamente un programa especial que no se llamó Formalmente informal».

«Lo hicimos Ignacio Canel, como técnico, y yo, dirigiendo la operación de edición. Ese programa fue impactante. A mí, como periodista, como amigo de Bola de Nieve, me impresionó mucho que yo tuviera que hacer este programa porque él se había muerto. Por esas contradicciones que tiene la vida éste no fue el primer Formalmente informal».

«Fue grabado en discos, tomado por el noticiero ICAIC y Santiago Álvarez hizo una cosa preciosa con ese programa de radio. Fue trascripto y se transmitió por Prensa Latina, se publicó en El Nacional, de México, y se reprodujo en otro periódico en Perú. La entrevista de Bola de Nieve se publicó en Bohemia, y se transmitió el mismo día que debió haber salido el primer programa de Formalmente informal por La Voz de Cuba y Radio Habana Cuba.»

Hay algo que siempre me llamó la atención desde que lo conocí en 1970. A pesar de las responsabilidades administrativas que ha tenido, siempre encontraba el tiempo para hacer programas de radio. ¿Por qué?

«No me alejé de la creación, de la realización en la radio a pesar de nombramientos que he tenido como jefe de Programación y director de Radio Taíno, tampoco cuando estuve de subdirector del Noticiero de Televisión, ni siquiera cuando estuve de corresponsal en el exterior».

«La radio es mi gran amor. Es esa novia, esa amante, no sé, y yo no me puedo alejar de ella, por lo tanto en ese momento de Radio Taíno tampoco. Seguía haciendo Formalmente informal para Radio Habana Cuba».

«Puse en el aire por Radio Taíno, Mi grabadora. Pero lo mismo ocurrió después cuando pasé de Radio Taíno al Ministerio de Cultura, seguía haciendo programas de radio, porque no me siento si no estoy haciendo un programa de radio, y por lo tanto siempre he estado pegado a un micrófono».

Cuando se produjo esta entrevista en enero de 1997 se encontraba haciendo un programa semanal para Radio Habana Cuba que se llamaba Conversaciones del domingo, el programa Mi grabadora, por Radio Taíno, que se transmitía los sábados por la mañana, era un poco sacar la historia de todas las grabaciones que tenía, contar un poco alrededor de ellas y transmitir pequeños fragmentos. El último era un programa de Radio Rebelde que se llamaba Domingo en la noche. Se transmitía de 11:00 a 12:00 de la noche. Estaba dedicado a un poeta cubano, latinoamericano o español, pero también podían haber selecciones de poetas españoles o poetas latinoamericanos o cubanos. No era el programa de la poesía por la poesía, no era el poeta por el poeta, no era la poesía dicha por un actor o por un locutor. Era la poesía dicha por el autor, y cuando no era así, como en los casos de José Martí o Federico García Lorca, de los que no había grabaciones, los poemas los decían grandes poetas.

En su vasto anecdotario guardaba muchas vivencias. Y gustosamente comentó.

«En mi primera visita a Nicaragua, en el año 1972, el programa Formalmente informal llevaba en el aire un año, a través de La Voz de Cuba, pero ya se estaba transmitiendo también por ondas cortas».

«Para mí fue impactante que la gente me reconocía por la voz, oían que yo transmitía desde Managua y entonces iban al hotel a preguntar: «El de Radio Habana Cuba está aquí, Castellanos está aquí.» El día que ya íbamos hacia el aeropuerto para regresar a Cuba, una viejita, preguntó que ¿quién era Orlando Castellanos? Y entonces me dijo: «Yo lo escucho todas las noches.» Me dio un beso y me pidió: «Déle este beso a Fidel Castro».

«Pero después me ocurrió exactamente lo mismo en México, con gente que me reconoció por la voz, con gente que fue a buscarme al hotel, en Ciudad México y en Jalisco».

«En Venezuela me pasó igual. Entonces me di cuenta de que aquello era una cosa fabulosa. Yo lo hacía con un cariño extraordinario, pero entonces le puse todo.»

Eterno virtuoso del medio radial, de todas sus facetas, tal vez los rasgos más acusados hayan sido los de un comunicador por excelencia y los de un entrevistador excepcional. De su grabadora extrajo muchas conversaciones con personalidades de la política y de la cultura que se publicaron en varias ocasiones.

Como hombre conocedor, como pocos, de las potencialidades del medio, Castellanos expresó a las puertas del año 2000:

«Pueden venir todas las autopistas de la información, la televisión tridimensional, si quiere, pero la radio va a seguir siendo la radio en el año 2000 y en 3000 también. Nos toca a nosotros hacer una radio cada día mejor para que los que vengan detrás recojan nuestro legado y continúen haciendo una radio de utilidad, una radio de entretenimiento, una radio de imaginación».

«No tengo la menor duda de que aquí y allá la gente seguirá buscando la sintonía con amor, para descubrir la magia que tiene la radio y poder soltar las palomas de la imaginación.»

Su obra tiene el sello humano que lo eleva hacia el afán de la perfección, con principios artísticos altos y el necesario poder de creer en lo hermoso para trasladar sus imágenes. Su obra lo hizo acreedor a múltiples condecoraciones, entre ellas, la Orden Alejo Carpentier y el Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida

De él no podremos decir nunca “Pasó por aquí”. De él siempre pensaremos “Está entre nosotros” en todo lo maravilloso que pongamos al aire. Imposible olvidarlo.

Esta entrevista sirvió de base, también, a un programa especial de radio, que fue transmitido por Radio Rebelde, como un homenaje a Orlando Castellanos en el setenta y cinco aniversario de la radio cubana, el 22 de agosto de 1997. El programa lo hice en compañía de Fidel Arango de Quesada como grabador y musicalizador, fue reproducido y enviado por Castellanos a Pablo y Manuel, sus hijos pequeños en Chile, y a otros amigos en el exterior.

Proporcionarle esta alegría fue una de las realizaciones más importantes que he tenido en mi vida radial.

Orlando Castellanos Molina Nació en Ciego de Ávila el 24 de diciembre de 1939 y falleció en La Habana el 19 de enero de 1998. Irradiaba vida y alegría”, aseguraban sus compañeros, y lo definían como el mejor entrevistador que habían conocido, porque dejaba hablar a los entrevistados, sacaba de ellos lo mejor. Una amiga dijo de él que “tenía una voz de domingo a las dos de la tarde”.  Es considerado por muchos analistas de radio como la voz más internacional de la Radio Cubana.

 

Autor

  • Josefa Bracero Torres

    Josefa Bracero Torres [Camagüey. 1942]. Multipremiada investigadora, locutora, periodista, realizadora e historiadora de la Radio Cubana. Licenciada en Periodismo. Primer expediente 1974-1979. Locutora de primer nivel. Jefe de Información y Directora provincial de Radio y TV y de Radio Cadena Agramonte, [1969 y 1985]. Vicepresidenta del ICRT [1985 y 2004]. Entre los reconocimientos que posee se encuentran: Cuadro destacado del Estado, Orden Ana Betancourt, Distinción por la Cultura Nacional, Premios Nacionales de Radio y Actuar por la obra de la vida, Artista de Merito de la Radio y la TV, Hija Ilustre de la provincia de Camagüey. Premiada en Festivales Nacionales de Radio, 26 de Julio y Caracol, y por la Caribeann Broacasdting Awards. Tiene 12 libros publicados, sobre la historia de la Radio y la Televisión, así como el libro TULA, escrito en honor a la ilustre principeña en su el año de su bicentenario.