Demajagua, el corazón de la Patria
Cuentan que había mucha neblina aquella mañana y Carlos Manuel se levantó antes de la salida del sol. Salió de la primera habitación de la casa, caminó con firmeza hacia el exterior, sus pasos se escuchaban de forma leve hasta que se detuvo y con fuerza expresó: «De pie. El soldado del deber no puede permitir que la aurora le sorprenda en el lecho», y volvió a entrar.